Tregua en la montaña
La salida del guarda del refugio de Certascan atenúa el conflicto con los propietarios de los terrenos de estos montes
La llegada de un nuevo guarda, Agustí Turón, al refugio de Certascan ha mitigado ciertas hostilidades en estos parajes del municipio de Lladorre, dentro del Parc Natural del Alt Pirineu. Turón relevó el pasado septiembre a Alejandro Gamarra, que había asumido en 1983 la gestión de este edificio construido a 2.240 metros de altitud y que debía abandonarlo hace más de siete años, cuando ganó el concurso convocado por la Federació d’Entitats Excursionistes de Catalunya (FEEC) el citado candidato. Aunque la adjudicación de un albergue pueda parecer un trámite inocuo, en el caso de Certascan tiene muchas aristas y conflictos de intereses entre los propietarios de esta montaña, otros vecinos, Gamarra, ayuntamientos...
La FEEC respira de momento tranquila después de que los tribunales le hayan dado la razón. El recurso de casación presentado por Gamarra contra una sentencia previa desfavorable que establecía que debía abandonar el refugio fue desestimado el año pasado por el Supremo. Gamarra llegó a Certascan hace 34 años y no había quejas sobre su trabajo hasta que en el 2000 se enfrentó con los dueños de la montaña en la que se asienta el alojamiento levantado a principios del siglo pasado por Fecsa (ahora Endesa). La compañía eléctrica hizo una concesión del edificio a la FEEC que finaliza en el 2019.
El origen de esta suerte de culebrón de altura se remonta pues al año 2000, cuando los dueños de los terrenos cerraron la pista por la que se accede al refugio. Gamarra los denunció y el juez le dio la razón, lo que obligó a los perdedores a darle una llave para que pudiera circular libremente. Nadie disimulaba el enfrentamiento y los propietarios querían fuera de su montaña al guarda.
Gamarra tenía luz verde para transitar por esa vía pero no los taxis que antes subían a los turistas que querían pasearse por el lago de Certascan, el más grande del Pirineo y la joya de la corona de un enclave con mucho gancho turístico. Tampoco tienen la llave ni los responsables del parque natural, ni el Ayuntamiento de Lladorre. Si quieren pasar tienen que pedírselo antes a los dueños, que defienden que al ser su propiedad son ellos los que tienen todo el derecho del mundo a sacar beneficios. Este colectivo formado principalmente por actuales o antiguos vecinos de Lladorre organizados en dos comunidades para gestionar tal patrimonio natural crearon la empresa Esport Lladorre Certascan Boavi que, entre otros servicios, ofrece el de taxi-todoterreno para acompañar a los turistas hasta las proximidades del lago.
Pero si antes eran bastantes los visitantes que en temporada alta llegaban a Lladorre, ahora son muchos menos, lamenta el alcalde, Salvador Tomàs. “Ellos cerraron en su momento la pista, no tengo nada que decir, es su finca”, zanja Tomàs evitando echar más leña al fuego.
Los tres ayuntamientos de esta zona del Pallars Sobirà (Lladorre, Vall de Cardós y Esterri de Cardós) encargaron un plan de desarrollo local para fijar los objetivos a diez años vista. El documento hace hincapié en la necesidad de “buscar un acuerdo” y desarrollar una estrategia conjunta para regular el acceso a los lagos de Certascan y de Romedo a través de un servicio de taxis lanzadera, como el que funciona en otros espacios protegidos del Pirineo. Pero los autores del trabajo, la consultora mOntanyanes, se han dado de bruces en sus intentos de mediar entre unos y otros. “Hay un problema muy enquistado, no hemos conseguido acercar posiciones. Lo ideal sería desbloquear la situación para poder acceder en vehículo hasta los lagos, que actuaría como motor turístico de este territorio”, apunta Eva Tarragona, de mOntanyanes.
Las aguas del Certascan alimentan la central hidroeléctrica de Endesa. El pico del mismo nombre, de 2.853 metros, corona un paisaje de película, en todos los sentidos. Por allí circulan los intereses de unos y de otros. De los propietarios, del ayuntamiento, de empresarios, de la FEEC, de Endesa. Un siguiente capítulo podría llegar el año que viene, cuando finaliza la concesión del refugio a la FEEC y se deberá proceder a su renovación.
Agustí Turón ha tomado el relevo de Alejandro Gamarra, que ha explotado este albergue durante 34 años