Encerrado en su juguete
Producción y medios para el esperado noveno álbum de estudio del rapero de Detroit, uno de los personajes más iconoclastas cuando no polémicos de la escena musical desde que emergiera hace ya sus años. Medios que se materializan, por ejemplo, con la presencia a modo de colaboradores de Beyoncé, Skylar Grey, Alicia Keys, Kehlani, Phresher, Pink, Ed Sheeran y X Ambassadors. Pero el interés del regreso de Eminem a la arena discográfica tras cuatro años de silencio se debe mucho más a la coyuntura política y social de su país y, muy relacionado con ello, a su posicionamiento personal ante la presencia de Donald Trump en la Casa Blanca.
Lo que ocurre es que aunque Eminem encuentre familiar el convulso clima que vive su país, el contenido de Revival no parece reflejarlo con la intensidad que era esperable. Y es que excepto un par de mordaces referencias sobre Trump (en una de ellas, Like home, lo relacione con Hitler y el Ku Klux Klan), Eminem es coherente consigo mismo en el sentido de centrarse en temáticas y narrativas que realmente le conciernen, léase sus tormentosas relaciones con su ex, con su hija, sus horripilantes visiones de escenarios de sexo y violencia, sus luchas internas de autosuperación (la patética Walk on water). Desde este punto de vista, su escritura es brillante aunque absolutamente desorientadora: a él sólo le interesa su propuesta artística, sin mostrar el menor interés por como palpita la escena hiphopera contemporánea. Sólo para devotos.