La Vanguardia

Un aperitivo festivo

Sunderland se impuso en motos y Al-Attiyah en coches

- RAMON BALMES Barcelona

El rugido de los motores se apoderó ayer de las calles de Lima y se confundió con el fragor de los preparativ­os de la visita del papa Francisco el próximo 18 de enero. La capital peruana no se toma vacaciones este verano austral. Los pilotos del Dakar conviviero­n con los carteles papales que bañan las calles de la ciudad y miles de limeños decidieron cambiar una jornada de picnic en las playas metropolit­anas de Miraflores, Callao y Barranco por una fiesta genuinamen­te dakariana.

Los peruanos esperaban ansiosos el regreso del rally más duro del mundo, que en cinco etapas aportará al país ingresos de 350 millones de dólares. De ahí que en la primera jornada se volcaran masivament­e a acompañar y ovacionar a los pilotos en la salida de la primera etapa entre la capital de los virreyes y Pisco, de 272 km. con una especial de 31 km.

La fiesta comenzó temprano. Desde las ocho de la mañana empezaron a desfilar las primeras motos por el podio de salida instalado en la zona del Pentagonit­o. A partir de las diez lo hicieron los coches, los quads y los camiones, hasta completar el total de 337 vehículos que toman parte en la prueba, un 5 por ciento más que en el 2017.

Pablo Kuczynski, presidente de Perú, fue el encargado de dar el banderazo de salida al británico Sam Sunderland, vigente campeón de motos del último Dakar. Previament­e los pilotos de la categoría de coches habían sido tributario­s de las mayores ovaciones del público peruano, entre ellos Carlos Sainz, ganador del Dakar en el 2010 y doble campeón del mundo de rallys. No se quedaron cortos en vítores los franceses Sebastien Loeb, nueve veces ganador del mundial de rallys, y el todopodero­so Stéphane Peterhanse­l, el campeón vigente que no teme a la superstici­ón: es 13 veces ganador del Dakar, seis en motos y siete en coches. La especial de 31 km fuera de pista disputada en Pisco fue el aperitivo de los cinco días en que los pilotos se adentrarán en el mar de dunas que jalonan el litoral pacífico peruano hasta Arequipa, la ciudad del Nobel Vargas Llosa. Etapas de auténtico fuste dakariano que transcurri­rán fuera de caminos, por lo que serán clave para los intereses de los pilotos favoritos.

Y en este aperitivo Sam Sunderland hizo valer su condición de defensor del título al firmar el mejor tiempo. El primer líder del rally adelantó en 32s a un excelente Adrien van Beveren. Joan Barreda firmó la cuarta posición al manillar de su Honda, a 56s del británico. Laia Sanz entró en decimosegu­nda posición. “En 30 km la navegación ha sido muy difícil, así que creo que esta semana será más dura de lo esperado”, dijo la piloto de Corbera.

En coches, Nasser Al-Attiyah se adjudicó la victoria. Nani Roma se situó en quinta posición a 53s del qatarí y Peterhanse­l en undécima posición, a 2m15s. Carlos Sainz acabó decimosext­o, a 2m39s. Sebastien Loeb tuvo problemas con los frenos de su Peugeot. La etapa de hoy, auténtica dakariana, tendrá 279 km entre Pisco y Pisco, de los que 267 serán cronometra­dos.

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ERNESTO BENAVIDES / AFP Las calles de Lima se llenaron para dar la bienvenida a los participan­tes del Dakar

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