El Rey elude Catalunya en el discurso a los militares
oeFelipe VI dedica el protagonismo a don Juan Carlos en su 80.º aniversario oe“Ningún particularismo romperá España”, dice la ministra Cospedal
Felipe VI ha querido evitar la cuestión de Catalunya en su discurso anual a los jefes de los tres ejércitos y de la Guardia Civil, con motivo de la tradicional Pascua militar, efeméride instituida por Carlos III para conmemorar la toma de la isla de Menorca el 6 de enero de 1782, después de más de setenta años de dominio británico, dominio a su vez derivado de la Guerra de Sucesión.
(En el Tratado de Utrecht de 1713, los británicos se quedaron con Gibraltar y Menorca, esto es, se aseguraron el control estratégico del Mediterráneo, tras retirar su apoyo a los austriacistas catalanes. La recuperación de Menorca en 1782 fue posible gracias a la guerra de independencia de Estados Unidos, que debilitó a los británicos y animó a franceses y españoles a coaligarse para recuperar la valiosa isla, puesto que en Maó se halla el mayor puerto natural del Mediterráneo).
Durante muchos años, especialmente durante la transición, la Pascua militar fue una delicada caja de resonancia de las relaciones entre las Fuerzas Armadas y la política en España. El último incidente serio entre milicia y política se produjo en la Pascual militar del 2006, cuando el jefe de la Fuerza Terrestre, teniente general José Mena Aguado, pronunció un discurso en Sevilla (sede de la citada Fuerza Terrestre), advirtiendo que el Ejército se vería obligado a intervenir si algún estatuto de autonomía vulneraba la Constitución, en alusión al Estatut de Catalunya, entonces en fase de debate parlamentario. El teniente general Mena Aguado fue cesado de manera fulminante y al cabo de unos meses el socialista José Bono era relevado como ministro de Defensa.
El Rey evitó ayer inscribir la cuestión de Catalunya en su discurso a los militares. Ninguna referencia, directa o indirecta. Ninguna alusión a la unidad de España. Ningún eco del discurso que Felipe VI pronunció, en tono muy grave, el pasado 3 de octubre, para advertir que las autoridades catalanas estaban a punto de romper la Constitución. Ese discurso (el del 3 de octubre) señaló a la comunidad internacional que la integridad territorial española podía estar en riesgo, puso en alerta a todo el aparato del Estado y llamó a filas al PSOE, que un día antes había presentado una moción de reprobación contra la vicepresidenta Soraya
Sáenz de Santamaría por la actuación policial en el prohibido referéndum del 1 de octubre en Catalunya. Aquel discurso también comunicó a los “terceristas” catalanes –partidarios de una negociación reformista sin ruptura–, que el Rey no iba a ejercer ningún tipo de arbitraje o mediación, ante la gravedad de la situación creada. En la política española habrá un antes y un después del 3 de octubre del año 2017.
La elipsis de ayer en el Palacio Real tiene una evidente significación. Es un gesto de distensión. El protagonista de la jornada no fue Catalunya. El protagonista fue el rey Juan Carlos, que acaba de cumplir 80 años. Felipe VI dedicó cariñosas palabras de homenaje a su padre, al que puso como ejemplo de “lealtad” a la democracia. La alocución del jefe del Estado se centró en el elogio de la profesionalidad de las Fuerzas Armadas –con reiterada mención a la Guardia Civil– y a su papel en las misiones internacionales: 2.500 militares españoles se hallan repartidos por el mundo en estos momentos en dieciséis misiones específicas. El Rey pidió a los militares capacidad de adaptación en una época caracterizada por el cambio constante y la incertidumbre.
La ministra de Defensa, María
Dolores de Cospedal, sí se refirió a la cuestión catalana. “Ningún particularismo será capaz de rompernos”, dijo como colofón de un discurso de contenido programático, después de haber declarado al diario ABC que el Ejército está preparado para intervenir en Catalunya. “Una cosa es
MÁS PRESUPUESTO
La ministra de Defensa anuncia más armamento y mejoras para los militares
ENFOQUE ESTRATÉGICO
Cospedal sostiene que la lucha contra las ‘fake news’ ha de ser doctrina militar
estar preparado y otra es actuar”, precisa en la entrevista.
Objetivos enumerados por la ministra de Defensa. Incremento del presupuesto militar con compra de nuevo armamento, en consonancia con las reiteradas exigencias estadounidenses –esbozadas por Barack Obama y muy enfatizadas por Donald Trump– de un mayor gasto europeo en defensa. Campañas de concienciación social sobre la importancia de la defensa. Promesa de mejora de las condiciones materiales de vida de los militares: plan de choque en los acuartelamientos y estudio de la convergencia salarial de los militares y las fuerzas de seguridad del Estado. Y una novedad importante: ampliación ideológica del concepto “campo de batalla”. La lucha contra la desinformación y las fake news, en opinión de la ministra Cospedal, deben formar parte de la doctrina de la Defensa. Es una de las nuevas ideas del PP. Los mecanismos de configuración de la opinión pública se incorporan formalmente al concepto “campo de batalla”.