La Vanguardia

Al fin llegó la cosecha

Un gol de Darder da al Espanyol su primera victoria a domicilio ante un flojo Málaga

- RAMÓN ÁLVAREZ Málaga

No fue una victoria brillante. Ni siquiera sufrida. Pero valió tres puntos y permite al Espanyol no cerrar sin triunfo la primera vuelta liguera. Un gol de Sergi Darder, que volvía a la que fue su casa, bastó a los blanquiazu­les para doblegar en La Rosaleda, un campo fetiche, a un paupérrimo Málaga. El españolism­o toma de nuevo aliento.

Se temía Quique Sánchez Flores un partido bronco y apostó por un centro del campo de brega, alineando en el eje a Víctor Sánchez y Javi Fuego. Y acertó en que lo importante, anoche, no era jugar a fútbol, aunque bien pudo costarle un disgusto. Las circunstan­cias le obligaron a retrasar de nuevo a David López, el único relevo del lesio- nado Óscar Duarte en el que ha acabado confiando. Pero aún así no quiso renunciar a contar con Darder y lo metió en la banda izquierda, una alternativ­a a la que ya había recurrido puntualmen­te sin demasiado éxito.

Esta vez acertó, ya que el exmalaguis­ta, abucheado por La Rosaleda, volvió a ser uno de los mejores de su equipo y, llegando desde la segunda línea a la frontal del área de Roberto no dudó a la hora de ensayar un disparo colocado a los 6 minutos de juego que no sólo daba ventaja a los suyos en el marcador, sino que cambiaba el guión del partido y desconcert­aba a su antiguo equipo y a un grada que no tardó en pedir la marcha de Míchel y de Al Thani.

El técnico local, por su parte, recurría al reducto de jugadores en los que confía a estas alturas. Primando a Iturra sobre Juanpi, a En Nesyri sobre Borja Bastón e incluso al joven catalán Ignasi Miquel, formado en La Masia, curtido en la Premier y recién llegado en este mercado de invierno, por el veterano Baysse en el centro de la defensa.

Pero de poco le sirvieron estos últimos cartuchos a Míchel cuando en una de las primeras acciones de ataque visitante Darder superaba a Roberto. Sus disculpas después de marcar enervaron aún más a la afición y al técnico madrileño no lo quedó otra que acabar haciendo entrar a la desesperad­a a hombres importante­s de los que había prescindid­o en busca de alternativ­as.

Porque el Málaga, de hecho, tuvo la oportunida­d de hacer mucho más de lo que hizo en un partido que el Espanyol le entregó una vez que se vio por encima en el marcador. Local fue la posesión y locales fueron las escasas ocasiones que tuvo el encuentro después del tempranero gol de Darder. Hasta el punto de que el Espanyol jugó con fuego tratando de matar un partido que no tenía ni mucho menos ganado, y menos ante un rival que a estas alturas necesita puntuar sea como sea.

Otro adversario no habría desaprovec­hado la ocasión y los blanquiazu­les, como ya les pasó en Las Palmas, se podrían haber llevado una buena sorpresa. Pero el Málaga se ha ganado a pulso estar donde está y ayer volvió a dar una buena muestra de ello. Inoperante en ataque hasta el punto de que un lateral como Rosales sea uno de sus referentes ofensivos, el equipo de Míchel no fue anoche más que un sparring para un rival dispuesto a encajar los golpes que le llegasen. La triste imagen de Pau tratando de perder tiempo desde los primeros minutos de juego ya lo decía todo.

Viendo que los suyos no eran capaces de mantener el balón para, al menos, dormir el partido, Sánchez Flores decidió tras la reanudació­n centrar a Darder, un jugador que cada vez cobra más peso en el equipo, en tanto que Piatti y Dídac tuvieron su oportunida­d en las bandas en un segundo período en el que el Espanyol consiguió reaparecer en los últimos minutos. Más por incomparec­encia de los locales que por méritos propios. Lo suficiente, sin embargo, para que el partido se acabase de morir.

Más allá del pésimo partido que el Espanyol consiguió ganar en La Rosaleda, los tres puntos acabaron teniendo un coste inesperado: la sanción por acumulació­n de amarillas para Javi Fuego y David López, que encadenaba 54 partidos sin sanción como blanquiazu­l.

LA PIEZA CLAVE El técnico dispuso un centro del campo de brega, con Javi Fuego y Víctor Sánchez, pero sin renunciar a Darder

DOMINIO BALDÍO Tras el gol, los locales fueron los dueños del partido, pero su juego resultó inoperante

 ?? CARLOS DIAZ / EFE ?? Sergi Darder celebra el gol del Espanyol pidiendo disculpas a la afición del Málaga, donde había jugado
CARLOS DIAZ / EFE Sergi Darder celebra el gol del Espanyol pidiendo disculpas a la afición del Málaga, donde había jugado

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