El presidente del Parlament abre la legislatura en tono conciliador
Roger Torrent, de Esquerra Republicana, se compromete a “coser” la sociedad catalana Los diputados en Bruselas evitan delegar el voto, lo que facilita una sesión sin incidencias La nueva Mesa deberá decidir si permite la investidura de Puigdemont dentro
El nuevo presidente del Parlament, Roger Torrent, de ERC, fue elegido ayer por 65 votos de los 135 de la Cámara, incluidos los de los diputados presos, que votaron por delegación. Torrent hizo un discurso conciliador.
Roger Torrent recibió ayer de manos de Carme Forcadell la carta que en 1980, con la restitución de las instituciones catalanas, envió al Parlament Francesc Farreras, presidente de la Cámara durante la República. Desde su exilio de Cuernavaca (México), Farreras cedía el testigo de la continuidad institucional: “Al constituirse el nuevo Parlament creemos que los que hemos mantenido el primer Parlament, con pe- nas y trabajos y a costa de grandes sacrificios, ya podemos renunciar a nuestro cargo, que con toda la dignidad sostenemos desde 1932 (…) Creemos que las nuevas instituciones que ahora comienzan harán la labor necesaria para demostrar que merecemos ser un pueblo libre que y que la nueva Generalitat es la única representación de Catalunya”.
Desde entonces, la XII legislatura es la más anómala e insólita: con tres diputados presos; cinco refugiados en Bruselas; 18 encausados por delitos de rebelión, sedición y malversación de fondos; la primera sesión constitutiva de la Cámara convocada desde la Moncloa; la primera con el banco del Govern vacío; la primera con lazos amarillos en los escaños y aplausos para quienes no votan y quienes votan pero no están…
Cuando recibió la carta de Farreras, Torrent acababa de asumir el cargo de presidente del Parlament con el compromiso de “restituir plenamente el conjunto” de las instituciones catalanas intervenidas por el Gobierno amparado en el artículo 155 de la Constitución. Pero haciendo especial hincapié en su determinación de contribuir “recuperar la normalidad política”, el “entendimiento y el diálogo” político y “a coser la sociedad catalana” después de las elecciones del 21-D. Se pasó del “viva la república” de Carme Forcadell en el 2015 al “viva la democracia”. Ni una referencia a la independencia y sí a la justicia social, lo que facilitó unos aplausos impensables en la anterior legislatura de los diputados del PSC y Catalunya en Comú, el respiro del PP y el lamento airado de la CUP.
Torrent es el presidente de la Cámara más joven, también el primero que necesita una segunda vuelta para ocupar el cargo (65 votos frente a 56 de José María Espejo-Saavedra, de Cs, y 9 abstenciones –8 de los comunes y una misteriosa del bloque constitucionalista–). Pero de la
SIN CONFLICTO
Los diputados en Bruselas renuncian a pedir el voto y evitan impugnaciones
LA VOTACIÓN
Torrent es el presidente del Parlament más joven y el único elegido en segunda vuelta
mano de su excepcionalidad, el independentismo renunció a alimentar la estrategia de tensión, que queda ahora circunscrita al debate de investidura con la candidatura pactada entre Junts per Catalunya y ERC de Carles Puigdemont.
El president cesado siguió la sesión desde Bruselas, incluso felicitó por teléfono a Torrent durante el pleno, pero él y los exconsellers que le acompañan en la capital comunitaria habían renunciado a convertir la primera sesión de la legislatura en un campo de batalla. Las gestiones para pactar renuncias al escaño de al menos tres de ellos para garantizar la mayoría independentista quedaron paralizadas la semana pasada al entrar en juego la delegación del voto de los tres diputados en prisión. Pero ayer optaron por quedar en terreno de nadie.
Así que la Mesa de edad se limitó a aceptar que Oriol Junqueras, Joaquim Forn y Jordi Sànchez delegaran su voto en Marta Rovira y Jordi Turull siguiendo las indicaciones del magistrado del Tribunal Supremo Pablo Llarena y a pesar de las reticencias de los letrados de la Cámara. El escollo se superó sin debate en el hemiciclo, con la queja meramente estratégica de Ciudadanos y PP y el beneplácito del PSC, del que Miquel Iceta tuvo interés en que quedara constancia en el diario de sesiones. La decisión la comunicó Ernest Maragall como presidente de la Mesa de edad, que molestó al bloque constitucionalista más con sus palabras que con su decisión.
Ser el diputado más veterano de la Cámara sólo tiene una ventaja y es poder hacer el discurso con el que se abre la sesión constitutiva. El de Maragall fue un bombardeo contra el Estado: “No sabe de reconciliación ni de soberanías compartidas (...), no sabe ganar, sabe derrotar; no sabe compartir, sabe imponer, humillar y castigar”. Pero también una reivindicación familiar para Pasqual Maragall y su propuesta de Estatut, que fue desvirtuado primero en el Congreso y luego en el Tribunal Constitucional. “Buscábamos un acuerdo basado en la lealtad y el respeto mutuos, pero que diera una genuina respuesta, también federal, a la aspiración catalana (...) aquella mano tendida fue, una vez más, rechazada”.
El voto delegado de los diputados instalados en Bruselas se volverá a plantear en los próximos días, además de las peticiones de Forn y Sànchez al Supremo para asistir al debate de investidura. Así que no hay respiro parlamentario a corto plazo.
El grupo de Puigdemont mantiene su reivindicación de una investidura a distancia dentro de lo que consideran normalidad democrática, pero no deja de ser una piedra en el zapato en las negociaciones con los republicanos. Se afanan en poner sobre la mesa el programa de legislatura e incluso la composición del Govern, mientras en ERC siguen atascados en el cómo se ejecutará la investidura.
Las negociaciones transcurren en paralelo con las del propio Puigdemont con su partido, el PDECat. Marta Pascal y David Bonvehí siguieron con él en Bruselas la sesión constitutiva y abordaron las vías para facilitar un nuevo Govern, así como el reparto de derechos electorales y económicos del grupo parlamentario, para el que el PDECat sirvió de plataforma. La comunicación ha aumentado entre ellos, pero Puigdemont está decidido a llevar el conflicto con el Estado al límite forzando su investidura.
El escenario de juego es diáfano, los letrados del Parlament rechazan la investidura a distancia, el Gobierno central anuncia su impugnación, el Tribunal Constitucional la ve inviable y Roger Torrent fue el portavoz de ERC que hace diez días puso condiciones a las interpretaciones políticas del reglamento de la Cámara. El otro escenario incluye el retorno de Puigdemont y su detención y más que previsible encarcelamiento por orden del Supremo.
Torrent arrancó la legislatura con mano tendida, incorporará a las reuniones de la Mesa a todos los partidos con representación parlamentaria e iniciará hoy mismo la ronda de consultas para proponer un candidato a la presidencia de la Generalitat. El primer problema político de la Mesa llegará a final de mes –tiene diez días hábiles para convocar el pleno de investidura– y ya saben que la mayoría independentista no concede la inmunidad a la actuación de la justicia. Puigdemont le marcó el terreno de juego: “Estoy convencido de que ejercerás el cargo con nobleza y valentía”.
EL PARTIDO
Puigdemont comunica al PDECat su intención de ser investido desde Bruselas como sea
LA MESA DE EDAD
Maragall acusa al Estado de “humillar y castigar” y lamenta el fracaso del Estatut