El corredor que preside el Parlament
EL PRESIDENTE DE LA CÁMARA CATALANA ES UN “CHICO MUY DE PUEBLO” AFICIONADO A CORRER, A VIAJAR Y A HACER RATAFÍA
Sábado, 20 enero 2018
Vive en Sarrià de Ter, está casado, tiene dos hijas y sus padres regentaron un bar y una zapatería
En 1982 Roger Torrent era un niño que tenía tres años. Como en toda España, la única televisión que se veía entonces en casa de los Torrent-Ramió era TVE y el locutor Joaquín Arozamena se había convertido en uno de los rostros más populares y conocidos. También para el pequeño Roger, a pesar de su corta edad. “Un día nos sorprendió al decirnos: mirad, este señor es el que va a hablar de la guerra de las Malvinas. Ya de muy chiquitín se fijaba mucho en todos los detalles”, explica Rosa Maria Ramió, la madre del flamante presidente del Parlament, a quien encontramos el viernes en un comercio de la calle Major de Sarrià de Ter, a escasos metros del bar y la zapatería que el matrimonio, ahora ya jubilado, ha regentado durante años y en los que Roger echaba una mano cuando hacía falta. “Siempre ha sido muy responsable, jamás nos ha dado ningún disgusto”, añade la madre, que estaba en clase de corte de confección cuando saltó la noticia de que su hijo era el elegido para presidir el Parlament. Desde entonces, su móvil echa humo.
La de Roger fue una infancia feliz caracterizada por la vida de calle de los pueblos pequeños como Sarrià de Ter. Un amigo de juegos rememora, entre esas diversiones, la construcción de cabañas en el bosque, de barcos con palos en el río Ter, las sesiones de piscina, tenis y bici durante el verano... Ya de adolescente, llegó la moda de los pantalones elásticos negros, de la que Torrent también fue una víctima y de las competiciones al Trivial, en las que destacaba. En el verano, solía pasar unos días en Sant Antoni de Calonge con los abuelos. Torrent tiene dos hermanas, Èlia, técnica superior de riesgos laborales, que vive en Porqueres (Pla de l’Estany) e Idòia, que estudió arquitectura técnica y vive en Sarrià.
Deportista nato, en los últimos años se ha aficionado a correr. Participó en la última carrera de San Silvestre de Sarrià de Ter, junto a su mujer y su hija mayor y en la de Fin de Año en Camprodon. También se le ha visto en carreras de orientación como las celebradas en el Cap de Creus y en la Pobla de Lillet. Pero antes de que el running irrumpiera en su vida, de pequeño practicó esquí y waterpolo. Recorrer mundo ha sido otra de sus pasiones. Antes de cumplir 18 años, viajó solo a Holanda en tren y antes de formar familia realizó numerosos viajes con sus amigos y la mochila a cuestas: Marruecos, Sri Lanka, Jordania, Egipto, Cuba, Costa Rica... Un compañero recuerda la mordida de la que fueron víctimas en Cuba: “Les ayudo a ustedes y ustedes me ayudan a mí, nos dijo el policía”.
En sus 38 años, Roger siempre ha vivido en Sarrià de Ter excepto cuando estudió Ciencias Políticas en la UAB, que lo hizo en la Vila Universitària y en un piso del Eixample de Barcelona. Ese contacto casi permanente y continuo con el municipio que le vio crecer le ha dado un pósito inigualable para un alcalde que quiere ser un buen gobernante. Y a tenor de lo que dicen los vecinos, lo ha conseguido. “Es una persona muy maja y honesta, un chico muy del pueblo”, explican dos hermanas de edad avanzada, mientras terminan de desayunar en el bar que antes llevaba su madre. Pocos pueden presumir de saber llamar por su nombre a todos sus vecinos, que las abuelas le adoren (tanto que cuando nacieron sus hijas Ada y Elna hicieron una colecta para hacerles un detalle) o de tener el don de convertir un enfado en una risa. “He visto entrar en el despacho gente enfadada, que ha salido dándole besos”, explica la técnico del Ayuntamiento Esther Ferrero, que añade que “nunca tiene un no para los vecinos”. Tanto es así, que muchas veces llega tarde a sus compromisos para atender a los demás. “Es muy trabajador, dialogante y pacífico”, añade la concejal Imma Oliveras.
De su capacidad de liderazgo, se dieron cuenta muy pronto los compañeros de la sección local de ERC de Sarrià de Ter con quienes formó de la nada una candidatura para presentarse a las elecciones municipales de 1999. Fue su debut en la política municipal. Con sólo 20 años entró como concejal republicano en el Consistorio, entonces gobernado por el PSC. “Siempre ha tenido un gran sentido político y cívico”, explica el entonces compañero de lista Narcís Sastre, ahora concejal del PDECat en el Ayuntamiento de Girona. En el 2007, Torrent ganó las elecciones y desde el 2011 gobierna con mayoría absoluta. El presidente de la federación regional d’ERC en Girona entre el 2000 y el 2008, Jaume Sitjà, destaca del nuevo presidente al Parlament su “proximidad como político, las ganas permanentes de mejorar y de querer saber más”.
Torrent ha bebido de la enseñanza pública desde chico. Estudió EGB en la Escuela Montserrat de Sarrià de Ter y en el instituto Carles Rahola del Pont Major, donde curiosamente compartió aula con Gemma Geis, la que fue candidata de Junts per Catalunya en Girona en las elecciones del 21-D. “Ya en el instituto le interesaba la política”, explica. Recuerda la visita que hicieron a la tumba de Antonio Machado en Cotlliure donde debían hacer un poema: el suyo versaba sobre la república y el exilio.
Explica su madre que la escritura y la lectura es una de sus pasiones. También el diseño gráfico. A Aurora, una vecina aficionada como él al arte de elaborar ratafía, el viernes sólo le preocupaba una cosa: que no cambie y que no lo cambien.