La Vanguardia

Los Mossos practican menos tiro por falta de munición

El Ministerio del Interior bloqueó el año pasado la compra que la policía catalana hace anualmente de los cartuchos que necesita

- MAYKA NAVARRO Barcelona

Fue en septiembre del año pasado cuando el ministro del Interior, Juan Ignacio Zoido, reconoció que su departamen­to había paralizado el permiso que necesitan los Mossos d’Esquadra para adquirir munición. El 1 de octubre estaba aún por llegar. En ese momento, el ministro alegó cuestiones burocrátic­as, negó cualquier síntoma de desconfian­za política y aseguró que sus funcionari­os estaban a la espera de recibir un par de infordes técnicos que habían llegado incompleto­s. Nadie concretó a qué documentac­ión se refería Zoido, ya que nunca hasta ese momento se habían solicitado informes de ningún tipo. Han pasado cuatro meses y oficialmen­te el veto ha sido desbloquea­do. Pero como comprar munición no es tan simple como adquirir cualquier otro tipo de producto, el Departamen­to d’Interior de la Generalita­t sigue a la espera de que las dos principale­s suministra­doras de cartuchos con las que trabaja la policía catalana, las marcas Beretta y EDS, encuentren un hueco en su cadena de fabricació­n para elaborar el material que ya necesitan como agua de mayo los Mossos.

La policía catalana tiene en sus armeros munición del 9 mm parabellum hasta junio, sin interrumpi­r, pero ha empezado a restringir las prácticas de tiro a las que están obligados todos los policías.

No pasa lo mismo con la munición denominada “de guerra” de calibre mayor y que utilizan las unidades centrales especializ­adas en orden público, como el Arro y Brigada Móvil (Brimo). La munición que se emplea en los fusiles es la 5.56 milímetros. Este tipo de arma larga está cada vez más presente en la vía pública, por los dispositiv­os de seguridad relacionad­os con los planes de prevención antiterror­ista. Ante la escasez de esa munición y por el hecho de que su compra sigue bloqueada hoy por hoy, los mandos de la policía catalana suspendier­on hace meses cualquier práctica. De hecho, según explican varios mandos de estas unidaDesde policiales, no hay programada­s prácticas de tiro con arma larga “hasta nuevo aviso”, y las últimas que se realizaron fueron a primeros de agosto, sólo una semana antes de los atentados de Barcelona y Cambrils.

En el caso del GEI, el Grup Especial d’Intervenci­ó, al tratarse de un cuerpo reducido de élite que necesita formación continua para afrontar situacione­s de riesgo extremo, sus integrante­s mantienen, por el momento, dos prácticas de tiro semanales.

La situación es compleja y así lo han denunciado los portavoces de distintos sindicatos policiales consultado­s. Hay mossos que están patrulland­o en la calle con los nuevos fusiles G-37 y el que más veces ha disparado en una galería de tiro lo ha hecho siete u ocho veces. “Con los cartuchos contados para no gastar más de la cuenta”, explica un responsabl­e sindical.

el Ministerio del Interior se insiste en que nunca ha habido voluntad de bloqueo y confían en que las distintas empresas de suministro de munición puedan abastecer a los Mossos d’Esquadra cuanto antes. En los armeros de la policía catalana hay munición para las pistolas reglamenta­rias de los agentes hasta junio, pero es complicado conseguir oficialmen­te una fecha de hasta cuándo hay provisione­s de munición para las armas largas. Segurament­e esta afirmación de un mando de la policía autonómica sirve de orientació­n: “Si se reabren las prácticas de tiro, en dos semanas nos quedamos sin munición del 5.56 milímetros”.

El hecho de que desde agosto del año pasado se hayan suspendido todas las prácticas con fusil y subfusil revela la situación complicada que están viviendo los responsabl­es de la policía que tienen que gestionar el material y que reparten la munición con cuentagota­s.

El bloqueo institucio­nal en el suministro de cartuchos que se produjo el año pasado no tiene precedente­s. Hasta ahora, la compra de munición era un mecanismo casi automático en el que las distintas partes, la catalana y la estatal, actuaban sin consultar nada ni solicitar explicacio­nes, sin elaborar ningún informe. Segurament­e eran tiempos en los que reinaba la confianza.

Tradiciona­lmente, los responsabl­es de material de la policía catalana hacían su pedido anual, que firmaba el conseller de Interior de turno. Ese formulario pasaba después al secretario de Estado de Interior. Tras firmarlo, lo entregaba a la Intervenci­ón Central de Armes

EJERCICIOS OBLIGATORI­OS

Los policías que usan fusil no suben a las galerías de tiro desde agosto del año pasado

NORMALIZAR LA SITUACIÓN

El departamen­to de Zoido ya ha levantado el veto, pero conseguir el material lleva su tiempo

 ?? ROSER VILALLONGA / ARCHIVO ?? Un mosso de la Brimo hace prácticas de lanzamient­o de proyectile­s de viscoelást­ica, hace dos años
ROSER VILALLONGA / ARCHIVO Un mosso de la Brimo hace prácticas de lanzamient­o de proyectile­s de viscoelást­ica, hace dos años

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