Blindaje defensivo
Sergi Roberto también renueva hasta el 2022 con una cláusula de 500 millones
Días después de atar a Gerard Piqué hasta el 2022, el FC Barcelona cierra la ampliación de Sergi Roberto, con una cláusula disuasoria que se eleva, también en este caso, hasta los 500 millones de euros, y una cifra similar puede alcanzarse en las inminentes extensiones de los contratos de Samuel Umtiti y Jordi Alba.
No había razones para dudar de la fidelidad de las estrellas del Barça a sus contratos hasta que en verano apareció el PSG con los 222 millones de la cláusula de Neymar y el brasileño decidió abrazarse a los petrodólares de París. La operación simboliza el engrandecimiento de la burbuja del fútbol y ha tenido efectos profundos y directos en la planificación deportiva y económica de un Barcelona que se apremia en proteger a sus futbolistas más representativos de la voracidad del mercado. El miércoles se anunció la renovación de Piqué hasta el 2022 y ayer quedó cerrada la ampliación del contrato de Sergi Roberto, también con una cláusula disuasoria que se eleva, en ambos casos, hasta los 500 millones de euros. La política de blindaje de futbolistas esenciales se trasladará a las próximas e inminentes extensiones de los contratos de Umtiti y Jordi Alba, que actualmente disponen de cláusulas de rescisión cifradas respectivamente en 60 y 150 millones.
La transacción de Neymar representó una sacudida drástica en un mercado hiperbólico. El alza de precios se generalizó y el Barça, con dinero a la vista de todo el mundo, ha tenido que pagar a precio de oro las incorporaciones de Dembélé y Coutinho. Una primera consecuencia del seísmo de Neymar fue que el club decidió fijar en 700 millones de euros la cláusula de Messi, cuando hasta aquel momento la negociación sobre la ampliación del argentino giraba en torno a un incremento de 50 millones, de 250 a 300.
En la vorágine de precios actual, cuando cuatro operaciones han superado ampliamente los 101 millones del fichaje de Bale hace menos de 5 años y el Liverpool acaba de convertir a Virgil van Dijk en el defensa más caro de la historia (78,8 millones), la tasación de Sergi Roberto había quedado desfasada. Se cuentan por decenas los clubs capaces de liquidar la cláusula de 40 millones del polivalente jugador, que la temporada pasada participó en 47 partidos (el cuarto, por detrás de Messi, Suárez y Busquets) y fue el séptimo con más minutos (3.564) de juego. Una tendencia al protagonismo que se mantiene en la actual campaña.
A punto de cumplir 26 años, Roberto ingresó en el Barcelona a los 14 y ha pasado por todas las categorías desde cadete hasta debutar con el primer equipo en noviembre de 2010, aunque no ascendería a la primera plantilla hasta el curso 2013-14. Es uno de los grandes exponentes de la Masia y permanecerá en la entidad al menos hasta el 2022, cuando tendrá 30 años. Según su representante, Josep Maria Orobig, tanto la entidad como el jugador cedieron en sus pretensiones iniciales para materializar un acuerdo que quedó perfilado hace seis días y cuyos flecos se remataron entre la noche del jueves y la mañana de ayer. El jugador tendrá una ficha ascendente de forma anual, explica el agente, satisfecho por la operación, y sus emolumentos aumentan de forma considerable para adecuarse a su actual estatus en la plantilla.
El futbolista de Reus desestimó
el pasado verano varias propuestas para dejar el Camp Nou y el pasado 4 de diciembre, antes del partido contra el Sporting de Lisboa, apeló a su barcelonismo como factor de influencia en las negociaciones para la renovación: “Va por buen camino, siempre he dicho que soy culé desde pequeño y creo que nos pondremos de acuerdo; hay reuniones pero va todo como toca”. A excepción de Samuel Umtiti, un gran descubrimiento, los principales exponentes del Barcelona son ahora intocables salvo que aparezca algún magnate dispuesto a cometer cualquier locura, lo cual tampoco es descartable en este mundo de excesos.
UN EFECTO DOBLE
La salida de Neymar ha provocado que el club fichara al alza y que haya subido las cláusulas
EL AUMENTO
El futbolista de Reus ve incrementado su salario, que se adapta al estatus de jugador importante