‘À la défense nationale’
El presidente francés subraya la validez de la estrategia de disuasión nuclear
El presidente de Francia, Emmanuel Macron, confirma que reinstaurará un servicio militar obligatorio, de sólo un mes de duración, tal como anunció en su campaña electoral.
El mundo es hoy más peligroso y Francia está decidida a protegerse mejor. Bajo esta doble premisa, el presidente Emmanuel Macron confirmó ayer que reinstaurará un servicio militar obligatorio, de sólo un mes de duración, tal como anunció en su campaña electoral.
La referencia a la recuperación de la mili fue significativa, para disipar las dudas que han surgido, aunque apenas ocupó un breve pasaje del largo discurso, de más de una hora, que pronunció el jefe de Estado en la base naval de Toulon, durante la tradicional ceremonia de saludo y buenos augurios a las fuerzas armadas de cada principio de año. Macron habló ante una audiencia de más de 1.500 militares en el portaaeronaves Dixmude. “Quiero garantizar a todos que (el servicio nacional obligatorio) se llevará a cabo y llegará a buen puerto”, dijo el presidente. Macron añadió que será organizado por los varios ministerios implicados, no sólo el de Defensa, tendrá una financiación específica y “no impactará para nada en la ley de programación militar 2019-2025”. Con ello quiso vencer las reticencias sobre el costo –estimado entre 2.000 y 3.000 millones de euros– y el lastre que supondría en unos ejércitos que ya se consideran infradotados.
El jefe del Elíseo no entró en otras consideraciones sobre la nueva mili, concebida con varios objetivos, más allá de enseñar unas nociones militares muy elementales. Se quiere incrementar la conciencia ciudadana sobre la seguridad nacional y fomentar la cohesión social a través de una experiencia colectiva entre jóvenes de extracción muy diversa.
El servicio militar fue suprimido en Francia hace ya más de 20 años, siendo presidente el conservador Jacques Chirac y primer ministro el socialista Lionel Jospin. La nueva mili, para hombres y mujeres pero reducida al mínimo, incluirá la objeción de conciencia. No se obligará a nadie a manejar armas. Habrá una fuerte componente de educación para la protección civil.
El discurso de Macron en Toulon era aguardado con interés por ver cómo ha mejorado la atmósfera y la empatía entre el presidente y los militares, después de la grave crisis de julio pasado, propiciada por el tirón de orejas público de Macron al entonces jefe del Estado Mayor, el general Pierre de Villiers, que dimitió a los pocos días. De Villiers había criticado antes los planes de contención presupuestaria. El joven presidente, aún inseguro en su puesto, no toleró esos comentarios y quiso imponer, de modo áspero y humillante, su autoridad, una conducta que no gustó nada a muchos militares.
Ayer el presidente mimó el alma de la audiencia y de sus familias, con un reconocimiento muy vehemente a su trabajo y sacrificio. Macron hizo un análisis geopolítico de las amenazas –desde el terrorismo a los ciberataques– y reiteró la necesidad de dedicar más recursos a la defensa. Se llegará al 2% del PIB en el 2025. El jefe de Estado subrayó que se hará “un esfuerzo inédito e incomparable” para dar los militares los medios que precisan. Entre las inversiones destaca la modernización de los medios navales y aéreos de la fuerza nuclear francesa, la mítica force de frappe, factor clave –tanto militar como psicológico– de una potencia intermedia que, por historia, sigue ambicionando –y practicando– una proyección global. Macron lo dejó muy claro. “La disuación (nuclear) forma parte de nuestra historia, de nuestra estrategia de defensa y así seguirá”, insistió. Los debates que ponen eso en duda “están zanjados”.
El interés nacional francés es compatible y complementario con la colaboración con los aliados, sobre todo en el seno de la OTAN. Se- gún Macron, es “esencial” la cooperación con Alemania y también con el Reino Unido, pese al Brexit. Fue significativo, por tanto, que la jornada iniciada en la base de Toulon terminara en el Elíseo, en París, con un nuevo encuentro entre el presidente francés y la canciller alemana, Angela Merkel, dedicado a coordinar entre los dos países las próximas reformas para reforzar la cooperación en la Unión Europea, con especial prioridad en el ámbito financiero.
Nuevo encuentro de Macron y Merkel en París para diseñar las reformas que fortalezcan la UE