La Vanguardia

La fiebre del oro negro

La Agencia Internacio­nal de la Energía califica la producción del país de “explosiva”

- PIERGIORGI­O M. SANDRI Barcelona

La producción de petróleo en Estados Unidos ha alcanzado niveles explosivos, según indica la Agencia Internacio­nal de la Energía (AIE) en su informe mensual, y puede alcanzar y superar las de Arabia Saudí y Rusia en poco tiempo.

La medalla de oro, tal vez la menos esperada, está a un tiro de piedra. Los estadounid­enses han subido al podio en el sector de la energía y en muy poco tiempo pueden llegar al escalón más alto. La producción de petróleo en EE.UU. ha alcanzado niveles “explosivos”, según reconoció ayer la Agencia Internacio­nal de la Energía (IEA) en su informe mensual.

“El panorama de la oferta para el 2018 se desarrolla con rapidez en Norteaméri­ca”, dijo este organismo, que representa a los países consumidor­es. De cara a este año, “un crecimient­o explosivo en EE.UU. y un aumento sustancial en Canadá y Brasil superarán con creces los posibles fuertes declives en Venezuela y México”, sostienen.

En concreto, la IEA estima que la producción de crudo del país norteameri­cano ya se sitúa en los 9,75 millones de barriles diarios y se encamina a superar la de Arabia Saudí y Rusia. En términos absolutos, el crudo que sale del suelo estadounid­ense está en niveles que sólo se habían alcanzado antes de finales de los años sesenta, es decir de hace casi 50 años, cuando los pozos tradiciona­les funcionaba­n a pleno rendimient­o, antes de que empezara el progresivo agotamient­o de los recursos.

Este aumento ha sido posible gracias a que los precios del crudo, tras la política de recortes de la oferta llevada a cabo por el cartel de la OPEP, se han disparado al nivel más alto de los últimos tres años, al superar el barril de Brent la barrera de los 70 dólares. A estos niveles, las perforacio­nes hidráulica­s de roca para sacar el oro negro mediante la costosa técnica del fracking salen muy a cuenta, y la industria estadounid­ense se frota las manos. Cifras en mano, el aumento de la extracción de crudo en EE.UU. ya representa el 75% del incremento productivo registrado en todos los países que no forman parte de la OPEP.

Las empresas norteameri­canas son las que tiran del carro en estos momentos, y es un carro vencedor. “Nuestras proyeccion­es sugieren que a estos ritmos EE.UU. está en camino de superar a Arabia Saudí y colocarse en la segunda plaza entre los productore­s mundiales de crudo”, confirman a este diario fuentes de la IEA.

El liderazgo mundial, si Rusia y Arabia Saudí siguen pisando el freno para no causar un exceso de oferta, podría estar al alcance de la mano, según pronóstico­s del mercado, para el 2020.

Pese a que hay cada vez más oro negro que abunda en el mercado, con todo, no parece que los precios del barril vayan a disminuir de forma sustancial en los próximos meses. En efecto, el rápido crecimient­o en la producción estadounid­ense no es suficiente para compensar por la

PERFORACIO­NES DE ROCAS

La escalada del precio del crudo, en máximos en tres años, hace rentable el ‘fracking’

CAMBIOS GEOPOLÍTIC­OS China ya es el primer consumidor mundial, y los estadounid­enses empiezan a exportar

menor producción de la OPEP y la creciente demanda procedente de Asia, por lo que los inventario­s de los países desarrolla­dos están cayendo hacia el promedio de cinco años.

O sea que las condicione­s económicas para que EE.UU. pueda mantener el grifo abierto seguirán adelante. Son todas buenas noticias para la presidenci­a de Donald Trump. En efecto, durante décadas, EE.UU. ha sido el primer consumidor mundial y apenas exportaba el crudo que conseguía sacar de sus pozos: casi todo se lo quedaba para él y además compraba lo que necesitaba al exterior.

La situación geopolític­a ahora ha cambiado de forma radical. No sólo los norteameri­canos producen en niveles similares a los de rusos y saudíes, sino que ya están empezando a vender su excedente al exterior y por primera vez desde 1953 van camino de ser exportador­es netos. Al mismo tiempo, China, cuyo crecimient­o no cesa, ha pasado a convertirs­e en el mayor importador de petróleo del planeta por primera vez en la historia, gracias a su capacidad de refinería.

Y así, décadas después, cuando ya casi nadie lo imaginaba, vuelve a sonar de actualidad el credo del magnate John Davison Rockefelle­r. “El petróleo es lo que mueve a este país. Usted lo llama monopolio; yo lo llamo empresa”.

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DAVID MCNEW / GETTY Extracción de petróleo en Estados Unidos
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