Los remeros olímpicos que son millonarios de bitcoins
LA MONEDA VIRTUAL HA CREADO UNA NUEVA GENERACIÓN DE BITCOIN MILLONARIOS, ENTRE LOS QUE DESTACAN LOS GEMELOS WINKLEVOSS, QUE DISPUTARON A MARK ZUCKERBERG LA PATERNIDAD DE FACEBOOK, CON UNA FORTUNA DE 1.270 MILLONES
La fiebre del oro tuvo su auge a mediados del siglo XIX. En California o Alaska muchas poblaciones surgieron de la nada, y a la nada regresaron; ya se sabe, después del florecer viene el marchitar. A los buscadores, más de 300.000, les llamaron forty-miners; unos cuantos se enriquecieron, muchos abandonaron con lo puesto el californiano río Mokelumne y otros tantos ríos. Siglos después, otro auge invade la sociedad: ahora, las pepitas se llaman bitcoin, la fiebre del oro electrónico. Los John Wayne del siglo XXI buscan su Eldorado en el ciberespacio. Los pioneros más osados engrosan ya el edén de los millonarios, en tal caso: bitcoinmillonarios. Mientras, los economistas deshojan la margarita intentando averiguar si han dado con la panacea o el invento equivale a otra burbuja a la espera de ser pinchada.
Entre los elegidos, los primeros y más famosos son, sin lugar a dudas, los gemelos Winklevoss. Estos hombretones de casi dos metros, finalistas olímpicos en remo en Pekín 2008, ya eran conocidos en el mundo de la tecnología por la batalla legal que libraron con Mark Zuckerberg sobre la paternidad de la red social Facebook. Tyler y Cameron, de 36 años, invirtieron parte (11 millones de dólares) de la indemnización que les pagó Zuckerberg en comprar 110.000 bitcoins a un precio de 100 dólares. Eso fue en 2013 y este jueves el bitcoin se cotiza a 11.600 dólares y, por eso, los Winklevoss atesoran una fortuna de unos 1.276 millones de dólares. Dicen que fue durante un viaje a Eivissa que una persona que conocieron les convenció de las bondades de la moneda virtual que les ha llevado a nadar en la abundancia y les permiten lujos como viajar al espacio; son los pasajeros 700 y 701 del proyecto Virgin Galactic.
El bitcoin ha enriquecido desde su nacimiento a algunos aventureros. Para empezar, a su inventor, que se esconde tras el alias de Satoshi Nakamoto. Nadie sabe a ciencia cierta quién es el creador o creadora de la criatura. Se sabe que el anónimo personaje controlaría una cantidad cercana al millón de bitcoins. A sus inicios, una nimiedad; ahora, con el valor actual de la moneda podríamos estar hablando de 11.600 millones de dólares.
El caso de los gemelos y del anónimo creador no son los únicos. Unas 1.000 personas controlan el 40% de todos los bitcoins que hay en el mercado. Otro ejemplo lo encontramos en Erik Finman. Su aventura empezó a los 12 años con un desafío a sus padres: si cuando cumpliera los 18 años era millonario, no le obligarían a ir a la universidad. Para lograr su objetivo, aprovechó los mil dólares que su abuela le había regalado para su cumpleaños y los invirtió en bitcoins. Con el tiempo, el joven adquirió más de 403 bitcoins, una cantidad que hoy supera los 4 millones de dólares.
A Kristoffer Koch su tesis universitaria le hizo millonario. Este joven estudiante noruego redactó su tesis sobre el cifrado en internet, un análisis con el que se animó a invertir la modesta cifra de 27 dólares en bitcoins. Al cambio obtuvo 5.000 bitcoins. Cuando se quiso dar cuenta, los 27 dólares se convirtieron en 886.000, y su tesoro sigue creciendo.
Juan Rojas era un médico normal y corriente de Bucaramanga (Colombia), con sus estrecheces para llegar a final de mes, que un día decidió invertir sus ahorros y los de su esposa en bitcoins. Aquella idea convirtió al modesto anestesiólogo colombiano en un pequeño millonario. Y el relato se repite con otros personajes e historias, como Jered Kenna o Charlie Shrem, que también optaron en su día por invertir sus ahorros en un invento prácticamente desconocido hasta entonces pero que al poco tiempo había multiplicado su inversión, convirtiéndoles como por arte de magia en bitcoinmillonarios.