Las clásicas películas de Disney en DVD a su alcance con ‘La Vanguardia’
• Las veinte mejores películas de Disney para disfrutar en familia • Cada ejemplar se compone de un DVD más un libro con el cuento • Primera entrega a partir del sábado 27 de enero por solo 9,95€ con el diario
Sueños hechos realidad, fantasías animadas, ilusiones llevadas al cine, magia que absorbe a todas las edades. Estos, y muchos más, son calificativos que describen las películas de D is ne y. Unas películas que, década tras década, no solo han cautivado al público infantil, sino que, aunque a veces no quieran reconocerlo, también ilusionan a los mayores. Porque, ¿quién no ha disfrutado muchas veces volviendo a ver los personajes que le entusiasmaron de pequeño?
Para disfrutar cómodamente en casa de esos films cuantas veces se desee y, también, para que los más pequeños de la familia puedan conocer las más clásicas películas de Disney si aún no las han visto, La
Vanguardia pone a disposición de todos sus lectores y suscriptores la colección Disney Clásicos, que reúne 20 de los mejores títulos producidos por los estudios fundados por Walt Disney.
Cada entrega se compone de un libro con el cuento sobre el que se basa la película más un DVD con el film correspondiente. La primera entrega estará disponible en los quioscos y librerías a partir del sábado 27 de enero por tan solo 9,95 € más el cupón del día. El resto de libros y películas irán apareciendo en los fines de semana consecutivos, a partir de esa fecha, por idéntico importe y condiciones, hasta finalizar con la entrega del último volumen, el fin de semana de 9 y 10 de junio. Con el primer número se entregará, además, la caja que permitirá guardarla colección completa.
Esta colección Disney Clásicos se inicia, como no podía ser de otra manera, con el que fue el primer gran éxito mundial de Disney y el primer largometraje de dibujos animados sonoro yen color de la historia del cine: Blanca nieves y los siete en anitos.
Como ya había hecho en muchas de sus producciones anteriores, Walt Disney volvió a basar su película en un cuento tradicional. Él mismo declaró que “de todos los personajes de cuentos de hadas, Blancanieves era el que más me gustaba”. Cuatro años de trabajo y una inversión de millón y medio de dólares, para la que el propio Walt hubo de hipotecar su casa, fueron necesarios para acabar la historia con el tiempo justo para su estreno, el 21 de diciembre de 1937.
La acogida por parte del público fue extraordinaria. Se convirtió en la película más vista hasta el estreno, en 1939, de Lo que el viento se
llevó. Aunque no fue galardonada con ningún Óscar, al no existir, en aquella época, la categoría de mejor película de animación, Walt Disney recibió, en 1939, un Óscar honorífico acompañado de otras siete estatuillas, que representaban a los siete enanitos.
El segundo largometraje animado de Disney se basó también en un cuento europeo, Pinocho, de Carlo Collodi. Para dar más emoción a las imágenes, ordenó crear un guía que acompañara al muñeco protagonista. Así surgió el personaje de Pepito Grillo, la voz de la conciencia de Pinocho, con un diseño elegido entre 14 versiones distintas.
Walt Disney fue también un innovador en las técnicas y las ideas para conseguir las mejores películas de animación. Ejemplo de ello es la utilización de la cámara multiplano, una de las mayores innovaciones en este tipo de films, con la que se
alcanzaron unos niveles de calidad inimaginables a principios de los años treinta del pasado siglo. Esta cámara fue patentada en 1933 por Ub Iwerks, uno de los fundadores de Walt Disney Studios, y, posteriormente, mejorada por el propio Walt, consiguiendo que su productora se convirtiera en líder en el sector de la animación.
Otra idea rompedora fue la utilizada para crear Peter Pan, estrenada en 1953. Contrató actores reales que representaron muchas de las escenas, con cientos de horas de grabación que sirvieron de base al trabajo posterior de los dibujantes.
D is ne y también fue innovador en la utilización de canciones para amenizar o dar más importancia a alguna de las secuencias. Ya en la película
Blancanieves se hizo famosa la canción Silbando al trabajar, con los siete en anitos mostrando su alegría mientras trabajan para ayudar ala encantadora protagonista.
La importancia de la música en las películas de Disney fue aumentando hasta convertirse, en algunas de ellas, en una protagonista más de la historia. Como en El libro de la selva, basada en la famosa obra de Rudyard Kipling. En ella, las canciones, como la famosa Busca lo más vital, resultan clave para apoyar el argumento y, especialmente, para dar un tono festivo a la historia, muy alejado del dramatismo de los cuentos originales. Su popularidad fue tal que llegó a ser utilizada en spots de televisión de gran éxito. Aunque esta obra era una de las que Walt Disney quería llevar a la pantalla desde los años treinta, no pudo ver su sueño hecho realidad, ya que falleció el 15 de diciembre de 1966, diez meses antes del estreno de la película.
En otros casos, supo combinar música, dibujos animados y personajes reales con gran acierto, como en Mary Poppins, producida en 1964, con Julie Andrews interpretando el papel de la mágica institutriz que puede volar con su paraguas, y el famoso humorista Dick Van Dyke como el deshollinador que la acompañaba cantando Supercalifra gil is tic o es pi ali dos o.
Tras la muerte de Walt Disney, sus estudios siguieron trabajando bajo una de sus premisas básicas, la de maravillar al espectador. Así surgieron títulos emblemáticos, como El Rey León y su inolvidable Hakuna Matata, una expresión suajili que puede traducirse como ‘no hay problema’ y que en el film se canta como “vive y sé feliz”, o La Bella y la Bestia, basada en un cuento tradicional
francés y primer largometraje de animación nominado como candidato al Óscar a mejor película, en 1991, antes de la creación de una categoría específica para las películas de dibujos animados. No lo ganó, perosí consiguió los de mejor canción y mejor banda sonora.
Unos éxitos que aprovecharon el gran tirón popular de otra película mítica, La Sirenita, producida en 1989 y basada en un cuento del escritor danés Hans Christian Andersen, y calificada por algunos medios como “el renacimiento de Disney en la era moderna, debido a sus excelentes canciones, su humor perdurable y su conmovedora trama”. Su enorme calado entre el público significó el inicio de una nueva época dorada para las producciones de Disney, tanto en el propio cine como en los musicales basados en sus películas.
Estos títulos se completan con otras inolvidables historias para dar forma a una colección imprescindible para toda la familia. Porque, como decía Walt Disney: “No hago películas para niños de seis años, sino para el niño que todos llevamos dentro ”.