El FMI advierte que la crisis catalana lastra el crecimiento
oe El Fondo prevé que España crezca sólo el 2,4% por la incertidumbre política oe Sostiene que la reforma fiscal de Trump actuará como un estímulo
Pronunció la palabra de forma nítida, con acento inglés, “Catalonia”, en la rueda de prensa del Foro Económico Mundial de Davos, que reúne a la élite económica del planeta. Maurice Obstfeld, economista jefe del FMI, reconoció ayer que “la incertidumbre política” causada por “el asunto interno” de Catalunya –así lo calificó–supondrá recortar una décima el crecimiento económico de España, hasta el 2,4% para el 2018, al tener efectos perjudiciales sobre “la confianza y la demanda”.
A partir de ahí, hay varias interpretaciones posibles. Este organismo es un poco más optimista que el Gobierno, que el pasado mes de noviembre admitió que la crisis política catalana implicaría reducir el aumento del PIB de este año del 2,6% al 2,3%, tres décimas menos. Así que, según como se mire, se puede decir que el FMI se mostró ayer menos catastrofista que el Ejecutivo, pero es más pesimista que la agencia Fitch, que estima, en cambio, que España tendrá un crecimiento este año del 2,5% (y que elevó la calificación sobre la deuda el pasado viernes).
De la misma manera, el vaso medio vacío indica que España es la única entre las grandes economías que ve recortado su pronóstico de crecimiento para 2018. Pero, si se mira el vaso medio lleno, se mantiene como la de mayor crecimiento entra las principales economías europeas, al superar la media del 2,2% anticipada para la eurozona.
Lo que es interesante es que la institución que dirige Christine Lagarde elevó una décima su pronóstico para la economía española para el 2019, hasta situarlo en el 2,1%. De alguna manera, la institución dio a entender que el conflicto catalán dejaría de tener impacto negativo para el año que viene. “Es de esperar que este factor disminuya”, indicó Obstfeld.
En términos generales los economistas subrayaron que España seguirá beneficiándose de “un contexto externo favorable”: el buen comportamiento económico de la zona euro, que ayudará a las exportaciones españolas.
Al margen de Catalunya, se confirma en todo caso que después de los registros del 2016 (3,3%) y del 2017 (3,1%) habrá una desaceleración de la economía. “El crecimiento de España ha estado bastante por encima de su potencial”, reconocen desde el Fondo, que elogió públicamente dos veces el esfuerzo llevado a cabo en los últimos años en reformar la economía.
A escala global, el FMI revisó al alza sus previsiones para la economía mundial, hasta el 3,9% para este año y el siguiente, dos décimas más. Según Daniel Yergin, un habitual del Foro, ensayista y vicepresidente de IHS Markit, “la economía global está tarareando en Davos por primera vez en años. El optimismo está incrustado bajo la nieve”.
El FMI también bendijo la reforma fiscal lanzada por Donald Trump, al considerar que estimulará las inversiones en el corto plazo, con un 1,2% de crecimiento añadido hasta el 2020. No obstante, Lagarde, avisó que “no hay que caer en la complacencia”. Más explícita aún, advirtió que la tendencia actual de ninguna manera puede considerase como “la nueva normalidad”. Obstfeld dejó caer incluso una frase ambigua, como que “este contexto positivo no puede durar mucho más”.
Los retos proceden de la baja productividad, del envejecimiento de la población y de la necesidad de tener herramientas para enfrentarse a otra crisis, teniendo en cuenta el elevado monto de deuda que cargan varias economías del planeta. De ahí la exigencia de llevar a cabo las reformas pendientes. Lagarde recurrió a la metáfora del clima. “Cuando hace sol, hay que empezar a arreglar el techo. O, aquí en Davos, cuando deja de nevar, es cuando hay que aprovechar para arreglar las carreteras”.
Maurice Obstfeld dice que Catalunya “es un asunto interno” y confía en que la incertidumbre disminuya