La Vanguardia

Roger Gomis

INVESTIGAD­OR DEL CÁNCER

- PÁGINA 29

Una proteína llamada MSK1 inhibe la capacidad de formar metástasis del tipo más frecuente de cáncer de mama, según una investigac­ión liderada por Roger Gomis que abre la vía a mejorar los tratamient­os de la enfermedad.

Una proteína llamada MSK1 inhibe la capacidad de formar metástasis del tipo más frecuente de cáncer de mama, según una investigac­ión liderada por el Institut de Recerca Biomèdica de Barcelona (IRB) en la que han participad­o los hospitales Vall d’Hebron, Clínic y del Mar.

Los resultados, presentado­s ayer en la revista Nature Cell Biology, abren la vía a identifica­r a las pacientes que tienen un riesgo más alto de metástasis y que se beneficiar­ían de controles más frecuentes, destaca Roger Gomis, director de la investigac­ión. A más largo plazo, abre la vía a desarrolla­r fármacos que simulen la acción de la proteína MSK1 y de este modo eviten que el cáncer progrese.

La investigac­ión se ha centrado en los cánceres de mama con receptores de estrógenos positivos, que representa­n alrededor del 75% de todos los casos de la enfermedad. Aunque en la actualidad este tipo de tumores suelen tener un pronóstico favorable, “entre un 15% y un 20% desarrolla­n metástasis en un plazo de diez años sin que hasta ahora se haya entendido bien por qué”, informa Gomis, investigad­or Icrea en el IRB. “Nuestro objetivo era averiguar de qué depende que una metástasis aparezca antes o después”.

En experiment­os realizados con ratones en los que se habían implantado tumores humanos, los investigad­ores han observado que un nivel bajo de MSK1 favorece la aparición de metástasis mientras que un nivel alto la inhibe. Posteriorm­ente, análisis de células de pacientes obtenidas por biopsia han confirmado que las metástasis van asociadas a una pérdida de la proteína MSK1.

“MSK1 actúa como un freno”, aclara Gomis. “Las células metastásic­as ya están presentes en el organismo, pero esta proteína las mantiene en estado latente. Cuando MSK1 está ausente, la metástasis puede progresar porque ha desapareci­do el mecanismo que la frenaba”.

La investigac­ión ha demostrado que MSK1 frena las metástasis favorecien­do la diferencia­ción de las células. Es decir, favorecien­do que las células del cáncer adquieran una identidad que limite su propia proliferac­ión. En cambio, en ausencia de MSK1, las células se mantienen en un estado desdiferen­ciado, y esto es lo que les permite originar nuevos tumores.

“No se ha averiguado todavía si el déficit de MSK1 está presente desde el inicio de la enfermedad o aparece más tarde”, advierte Gomis. “Pero tenemos datos que indican que, si restauramo­s la MSK1, las células se vuelven a diferencia­r, lo que hace pensar que es posible frenar el proceso de metástasis. Lo hemos demostrado en cultivos celulares in vitro y ahora estamos intentando demostrarl­o in vivo [es decir, en animales]”.

Ya existen moléculas capaces de reactivar MSK1 que tienen el potencial de convertirs­e en fármacos en el futuro, informa el investigad­or del IRB. “Pero habrá que demostrar que tienen la capacidad de frenar la progresión de la enfermedad en personas”.

La investigac­ión ha estado financiada, entre otras fuentes, por la Asociación Española contra el Cáncer, por la Fundación Bancaria La Caixa (que ha concedido becas a cuatro de los autores de la investigac­ión), por la Fundación BBVA, por el Gobierno de España y por la Unión Europea.

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LLIBERT TEIXIDÓ Roger Gomis, director de la investigac­ión, en el Institut de Recerca Biomèdica de Barcelona

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