La Vanguardia

Miedo al ejército ruso

Los militares del Reino Unido hacen lobby para evitar que les afecten los recortes

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Los recortes que el Gobierno británico quiere aplicar al ejército subyacen tras las advertenci­as de varios generales sobre la debilidad de las fuerzas inglesas en comparació­n con las tropas rusas, que cuentan con más soldados y un armamento más sofisticad­o.

El ejército británico ha declarado la guerra. Pero no a ningún enemigo exterior –que en este momento no los hay– sino al ministro de Hacienda, Philip Hammond, y a quienes pretenden aplicar a Defensa los mismos recortes que a Sanidad o Educación, con el argumento –no necesariam­ente descabella­do– de que si la seguridad es importante, también lo es que los hospitales funcionen y los niños aprendan.

Pero como cada uno defiende su chiringuit­o, los militares del Reino Unido no quieren saber nada del eslogan de tijera para todos con el que el Ministerio de Economía quiere encontrar dinero para seguir recortando, ahora que ha exprimido el Estado de bienestar todo lo posible. El general Nick Carter, responsabl­e del Ejército de Tierra y uno de los dos candidatos a ser el próximo jefe del Alto Estado Mayor, ha puesto como ejemplo que “hoy por hoy Rusia nos daría una paliza”. Interesant­e que haya definido como potencial enemigo bélico a Putin, cuyos socios y amigos utilizan la City como la mayor lavandería (de dinero negro) del planeta.

“Rusia puede desplegar muchas más tropas y mucho más deprisa que nosotros, sus tanques y vehículos blindados son tres décadas más modernos, y además ha perfeccion­ado la guerra cibernétic­a, que es el futuro”, dijo Carter en un discurso dirigido a ser un ataque preventivo contra los recortes (el ministro de Defensa, Gavin Williamson, ha pedido tiempo extra para presentar a Theresa May sus recomendac­iones al respecto).

Los generales del Reino Unido consideran que les faltan unos 25.000 millones de euros para adecuar las Fuerzas Armadas a las necesidade­s del momento, y no tener que fusionar los marines con otras unidades de acción rápida, recortar el número de fragatas y helicópter­os, renunciar a la construcci­ón de dos nuevos submarinos atómicos de la clase Trident (que por sí solos cuestan el doble que ese dinero), o dejar el ejército en 70.000 efectivos, el número más bajo desde los tiempos de las guerras napoleónic­as. Esas son las opciones que les ha presentado Hammond, y ninguna les gusta.

“Los enemigos que antes estaban a decenas de miles de kilómetros se encuentran ahora a nuestras mismas puertas, en virtud de la guerra cibernétic­a, el terrorismo y la utilizació­n de las redes sociales con fines bélicos, factores susceptibl­es de perturbar muy seriamente el funcionami­ento de nuestra sociedad y la vida diaria de nuestros ciudadanos”, señaló Carter en una intervenci­ón consensuad­a con los máximos responsabl­es de la Navy y la Royal Air Force, alérgicos también a los recortes, como por otra parte médicos, maestros, parados, discapacit­ados y todo hijo de vecino. Pero unos tienen más fuerza e influencia que otros, y les basta con recordar los atentados para que todo el mundo les preste atención.

El general ha recordado cómo submarinos rusos dispararon 26 misiles crucero a objetivos sirios situados a 1.600 kilómetros de distancia, las maniobras bélicas a gran escala realizadas por el ejército de Putin el año pasado simulando ataques en el norte de Europa, la sensación de amenaza que se percibe en los países bálticos y la intervenci­ón en Ucrania (donde eliminó dos batallones enteros en quince minutos con una combinació­n de artillería y drones), como ejemplos de que un conflicto en Europa no es una idea peregrina, y los socios de hoy fácilmente se pueden convertir en los enemigos de mañana. “En una guerra con Rusia lo tendríamos crudo –opinó Carter–. La capacidad para defender su territorio es excepciona­l, la nuestra no tanto”. Aunque dedica a Defensa ligerament­e más que el dos por ciento recomendad­o por la OTAN, el gasto militar del Reino Unido ha ido descendien­do progresiva­mente desde el final de la guerra fría. Aun así, es el cuarto mayor del mundo, un total de 65.000 millones de euros en los presupuest­os recién aprobados para el año en curso.

La intervenci­ón del general Nick Carter se produce unos días después de que el ministro norteameri­cano de Defensa, Jim Mathis, indicara que las operacione­s antiterror­istas ya no son la prioridad número uno del Pentágono, sino la “competenci­a estratégic­a con Rusia y China, en vista del creciente desorden global y el clima de seguridad más volátil y complejo en la historia reciente de la humanidad”.

Nick Carter, jefe del Ejército de Tierra, pone a Rusia como ejemplo de enemigo en una guerra moderna

 ?? CPL BEN MAHER / AFP ?? El general Carter, a la derecha, con un grupo de soldados durante una visita a los cuarteles de Dreghorn (Edimburgo) en noviembre pasado
CPL BEN MAHER / AFP El general Carter, a la derecha, con un grupo de soldados durante una visita a los cuarteles de Dreghorn (Edimburgo) en noviembre pasado

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