El SPD alemán confía en arañar concesiones a Merkel
Schulz quiere ajustes en sanidad y migración para contentar a los suyos
La brega entre conservadores y socialdemócratas en Alemania en busca de un gobierno de Grosse Koalition (gran coalición) se presenta ardua, aunque el camino esté ahora más despejado después de que el domingo el SPD diera luz verde al inicio de negociaciones formales para ese fin. La democristiana Angela Merkel –canciller en funciones–; su aliado bávaro, el socialcristiano Horst Seehofer; y el líder socialdemócrata, Martin Schulz, se reunieron anoche en Berlín para abordar cuestiones organizativas. En principio, se prevé que las negociaciones comiencen esta semana.
El sí socialdemócrata a negociar con Merkel salido del congreso del partido este domingo en Bonn resultó modesto –Schulz consiguió el 56,4% de votos a favor–, por lo que la cúpula del SPD aspira ahora a lograr ajustes en la negociación definitiva con Merkel y la CSU bávara para satisfacer a los descontentos. Los socialdemócratas detractores de la gran coalición –entre ellos los Jusos, las movilizadas juventudes del partido– consideran que los dirigentes del SPD no lograron arrancar a los conservadores cuestiones importantes en sanidad y política migratoria.
Además, como es sabido, el acuerdo final con la CDU/CSU tras esas negociaciones deberá ser ratificado en votación por los 443.000 militantes socialdemócratas, que podrían tumbarlo a última hora si el contenido no les convence. Por todo ello, en declaraciones a los medios tras reunirse con su grupo parlamentario en Berlín, Schulz afirmó ayer que la votación en el congreso del domingo le señalaba “el deber de luchar por todos aquellos que votaron en contra”. Por ello, en las negociaciones formales –que serán “duras”, así dijo Schulz– se hablará “otra vez” de temas tratados en la fase exploratoria.
Así, el secretario general del SPD, Lars Klingbeil, dijo a la cadena pública ARD que su partido quiere ahora añadir una cláusula sobre “casos difíciles” al límite mensual de 1.000 reagrupaciones familiares de refugiados con estatus jurídico de tales en Alemania, límite recogido en el preacuerdo del 12 de enero. También aspiran aún a lograr un seguro médico ciudadano que sustituya al actual sistema de Krankenkasse (cajas de enfermedad) públicas y privadas, que los conservadores quieren mantener.
Sin embargo, los conservadores (es decir, la CDU de Merkel y la CSU bávara) ven el proceso de otra manera. Merkel ya recalcó anteayer que “el marco” para un futuro programa de Gobierno será ese preacuerdo alcanzado el pasado 12 de enero entre CDU, CSU y SPD, al final de la primera ronda exploratoria. Y Julia Klöckner, dirigente democristiana, dijo también a la ARD que en las negociaciones formales se profundizarían aspectos en torno a lo acordado entonces, “pero no se tratarían de nuevo asuntos que ya se habían descartado”.
Pero a juicio del socialdemócrata Lars Klingbeil, incluso los conservadores son conscientes de que tienen que ganarse a 443.000 militantes del SPD, por lo que es de esperar que accedan a ajustes. El SPD está profundamente dividido, tras haber tenido que retractarse de su voluntad inicial de ir a la oposición debido al flojo resultado en las elecciones del pasado 24 de septiembre, de las que Merkel y los suyos emergieron con una victoria frágil.
Las negociaciones entre socialdemócratas y conservadores para una gran coalición empezarán esta semana