El Papa pide perdón por reclamar pruebas de los abusos
En una semana el Papa ha pedido perdón dos veces a las víctimas de abusos sexuales en la Iglesia. Pero a diferencia del martes pasado, cuando Francisco se avergonzó y se disculpó como líder católico, ayer pidió perdón por sus propias palabras. El Santo Padre metió la pata el jueves al defender a un obispo acusado de encubrir casos de pederastia pidiendo “pruebas”.
“La palabra prueba ha herido a tantos abusados”, constató ayer el Papa durante el vuelo de Lima a Roma, tras su gira por Chile y Perú. “Les pido perdón a ellos si los herí sin darme cuenta”, agregó, en respuesta al enviado especial de La Tercera. “Ahora me doy cuenta que mi expresión no fue feliz”, añadió.
“La palabra prueba es la que me traicionó, yo hablaría de evidencia. Yo sé que hay mucha gente abusada que no puede tener una prueba, no la tiene y que no puede o a veces la tiene, pero tiene vergüenza y la tapa y sufre en silencio”, indicó durante la rueda de prensa en el avión.
Sin embargo, Bergoglio volvió a defender la inocencia del obispo de Osorno, Juan Barros. “Barros seguirá ahí si no encuentro forma de condenarlo; yo no puedo condenarlo si no hay, no digo pruebas, evidencias”, afirmó el Papa. “De abuso no hay evidencia”, zanjó. Barros fue discípulo del sacerdote pederasta Fernando Karadima y sus víctimas le acusan de encubrirlo.
Las desafortunadas palabras del pontífice en Iquique soliviantaron a las víctimas. “El día que me traigan una prueba contra el obispo Barros, ahí voy a hablar; no hay una sola prueba en contra, todo es calumnia, ¿está claro?”, dijo el Papa, molesto. Inmediatamente los denunciantes de Karadima cargaron contra Francisco. Una de las víctimas, Juan Carlos Cruz, ironizó en un tuit que no había podido sacarse una selfie mientras era abusado.
Por su parte, Guillo, humorista gráfico chileno que fustigó a la dictadura con sus viñetas, creó un elocuente dibujo que se viralizó rápidamente. “Para creer en nosotros tienen que tener fe, pero para que yo crea en ustedes me tienen que traer pruebas”, sermonea Francisco en la viñeta.
No obstante, Bergoglio reiteró en el avión la política vaticana de “tolerancia cero” contra los religiosos abusadores y añadió que regresaba “contento”. “Yo no esperaba tanta gente en la calle”, indicó, pese a que el fervor de Perú fue mucho mayor al de Chile. En todo caso, Francisco reconoció que el caso Barros “podría ser la causa” de la imagen agridulce que dejó en Chile y lanzó una crítica velada a la prensa, que evidenció esa desafección, pidiendo a los periodistas que se remitan a “hechos concretos”.