La participación de Pyongyang en los JJ.OO. divide a los surcoreanos
En Seúl acusan al presidente Mun de sacrificar a los deportistas por la política
Los esfuerzos del presidente de Corea del Sur, Mun Jae In, para asegurar la participación de Corea del Norte en los Juegos Olímpicos de invierno de PyeongChang y convertirlos en unos Juegos de la Paz no logran ilusionar a los surcoreanos. En Seúl cada días son más los que le critican y sólo cuatro de cada diez ciudadanos está de acuerdo en que ambas delegaciones desfilen bajo una bandera unificada en la inauguración. La amenaza del programa nuclear y de misiles de Pyongyang está demasiado presente.
La estación central de ferrocarriles de Seúl se convirtió ayer en el escenario por el que desfilaron todos los protagonistas del proyecto que tiene al país dividido y por el que Mun no regatea esfuerzos. Allí llegó la delegación norcoreana para inspeccionar varios auditorios de Seúl donde actuará la orquesta Samjiyon de Corea del Norte durante los juegos. Y también allí se manifestaron ayer unos centenares de surcoreanos para protestar contra la delegación del norte. Quemaron banderas norcoreanas y fotos de su líder, Kim Jong Un, así como la bandera unificada, bajo la cual desfilarán el 9 de febrero los deportistas de las dos Coreas.
“Los JJ.OO. invernales de PyeongChang se están convirtiendo en los JJ.OO. de Pyongyang y Kim Jong Un, que promueven su régimen y su armamento nuclear”, dijo el portavoz del extremista Partido de los Patriotas Coreanos, que había convocado la concentración, según Yonhap.
El rechazo a esta mano tendida en el ámbito deportivo es compartida, sin embargo, por numerosos surcoreanos. Según una encuesta realizada por la firma Realmeter para la cadena TBS, sólo el 40,5% de los surcoreanos está a favor de que las delegaciones de las dos Coreas desfilen juntas en la inauguración de los juegos de PyeongChang bajo la bandera unificada, que es blanca con la silueta de la península coreana en color azul. Un 49,4% apoya, en cambio, que cada representación marche con su enseña nacional.
Atrás quedaron los tiempos en que unir a las dos delegaciones bajo la bandera de la unificación generaba unanimidad. Una idea que se llevó a la práctica en los Juegos de Sydney 2000, Atenas 2004 y Turín 2006. Pero eran tiempos en los que Corea del Norte aún no había realizado ningún ensayo nuclear, ni había lanzado misil alguno. Ahora, las amenazas del programa nuclear y de proyectiles balísticos de Pyongyang lo han cambiado todo y los surcoreanos miran con recelo a sus vecinos del norte.
Una coyuntura que explica que sean los surcoreanos mayores de 60 años los que más apoyen que los atletas del norte y del sur desfilen juntos (62%) y que sean los veinteañeros los que menos (44%), según Yonhap.
El desfile conjunto no es, sin embargo, lo que más enoja a los surcoreanos. La reacción más furibunda contra Mun tiene su origen en la formación de un equipo unificado de hockey sobre hielo femenino, con jugadoras del norte y del sur. Una resolución que muchos surcoreanos consideran injusta, ya que muchas deportistas del sur se verán privadas de participar en estas olimpiadas para ceder el puesto a sus colegas del norte. Según un sondeo, el 73% de los surcoreanos juzga innecesario
El 73% está en contra del equipo de hockey sobre hielo femenino con jugadoras del norte y del sur
este quipo, que competirá bajo el nombre de Corea.
Un descontento del cual se ha hecho eco la prensa local, que critica a Mun que haya sacrificado a los atletas por un fin político. “El Gobierno debe preguntarse por qué el descontento popular es cada vez mayor”, señalaba ayer el diario JoongAng, que añadía que “ningún surcoreano puede creer que el problema nuclear se resolverá simplemente porque el Gobierno ha creado una ‘coorganización’ de los Juegos”, en alusión al protagonismo de Pyongyang.