La Vanguardia

“¡Un pan con tomate!”

Laia Sanz llega del rally agotada pero satisfecha del 12.º puesto

- TONI LÓPEZ JORDÀ El Prat de Llobregat

Dos imágenes de felicidad eclipsaban el vestíbulo de llegadas del aeropuerto de El Prat: la cola nerviosa azotando compulsiva­mente de la perrita Cas al reencontra­r a su ama y la emoción contenida de Maria Àngels Pla-Giribert viendo llegar a su hija. La princesa Laia ya está en casa. Después de 14 días cruzando media Sudamérica, más de 8.000 km, Laia Sanz regresa, por 8.ª vez, como la primera mujer en motos y como 12.ª clasificad­a de la general del rally más duro del mundo, su segundo mejor resultado, muy cerca de repetir el 9.º del 2015: se quedó a 19 minutos.

“Vuelvo muy contenta, el resultado es muy positivo, lo habría firmado antes de empezar; viendo cómo fue la carrera está claro que podría haber llegado un poco más arriba, pero acabo contenta por haber finalizado cerca del top 10, he hecho buenas etapas; así que muy satisfecha”, decía Laia, con cara de cansada y más delgada. “Es normal, llevamos 15 días no comiendo del todo bien, exigiéndon­os mucho físicament­e, es una carrera que te vacía bastante”, comentaba, mientras recibía la bienvenida entusiasta de los amigos de Corbera y de Seva, de los familiares, su padre, Jesús, su madre, su compañero, Jaume, y la Cas, una perra turca juguetona que se le coló en el equipaje cuando hacía un raid en Turquía. Era la que estaba más nerviosa.

O quizás lo era Maria Àngels. “Me podría haber salido pianista y así no sufriríamo­s tanto”, decía la madre, que ha optado por no seguir cada etapa del Dakar pegada a la pantalla del ordenador. “Era horroroso, nunca sabías cómo iba, ni qué le pasaba. Ahora, cuando acaba cada etapa, me envía mensajes de voz de WhatsApp y sé cómo está”, explicaba aliviada Maria Àngels, con ganas de abrazarse a Laia. Como Jaume... “Siempre he seguido el Dakar, pero este año me ha tocado hacerlo más de cerca”, decía con timidez, recogiendo las maletas de la mejor piloto de motociclis­mo, con ganas de llegar a casa.

“Lo primero que quiero hacer es comer un pan con tomate y dormir mucho”, deseaba Sanz. “Lo que más echo de menos es a la familia, la pareja, la Cas, las cosas de casa... Tengo ganas de pasear con la perra, estar tranquila, hacer sofá y peli, esquiar... Hacer todo lo que no he podido hacer los últimos meses. Minivacaci­ones, no; ¡maxi! ¡Un mes como mínimo!”, decía Laia, con pocas ganas de empezar a pensar en el Dakar 2019. “Ahora el objetivo es hacer vacaciones; descansar y desconecta­r porque ha sido un Dakar largo, y la preparació­n también fue larga y dura”.

Quien no estará en el próximo Dakar será Gerard Farrés, mejor catalán en motos, un 5.º “que sabe a triunfo”. Farreti, de 37 años, cuelga el casco. No se la quiere jugar más. “Ha sido mi último Dakar porque estoy muy lesionado, el hombro se me sale durmiendo, tengo la rodilla destrozada... Dicen que cada Dakar te quita 10 años de vida, ¡pues yo tengo -110 y pico!”, decía el manresano, que era manteado por sus amigos. Recibimien­tos emotivos como los de Oriol Mena, el mejor rookie en motos, Isidre Esteve, Armand Monleón, que se reencontra­ba con su pequeño Armand, de un año, Iván Cervantes o Dani Oliveras. Los héroes ya están en casa.

VOLVER A LA VIDA ‘NORMAL’ “Tengo ganas de dar paseos con la perra, hacer sofá y peli, esquiar...”, afirma la motociclis­ta

BIENVENIDA A LOS HÉROES Los familiares de los pilotos ponen la nota emotiva en el aeropuerto; Farrés dice que no volverá al Dakar

 ?? XAVIER CERVERA ?? La piloto de motos Laia Sanz recibe la bienvenida efusiva de su perra Cas, ayer en el aeropuerto
XAVIER CERVERA La piloto de motos Laia Sanz recibe la bienvenida efusiva de su perra Cas, ayer en el aeropuerto

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain