Linde percibe la existencia de riesgos hasta que se supere el conflicto político
La prima de riesgo cayó ayer a 82,90 puntos, estimulada por la revisión de Fitch
El gobernador Luis María Linde sigue percibiendo la crisis política catalana como un riego económico hasta que la situación no se “normalice”, según expuso durante un almuerzo organizado por el Club Siglo XXI en Madrid. El número uno del Banco de España quiso precisar lo que entendía por normalización: “Una situación en la que los agentes políticos actúan con auténtico respeto a todo nuestro marco legal”. Y precisó todavía: “Hay que subrayar el calificativo de auténtico, ello conduciría, muy probablemente, a un mejor escenario de crecimiento que el que hemos considerado en las últimas proyecciones y a un impacto finalmente moderado”.
Linde recordó que en el boletín de noviembre del banco se recogían varios escenarios posibles de impacto en la economía entre los años 2018 y 2019 que oscilaban entre un 0,3% y un 2,5% acumulados de PIB según la intensidad y duración de la crisis catalana.
En su opinión, si esa normalización no se produce pronto, afectará al consumo y a la inversión. “Una nueva pérdida de confianza puede motivar que las familias aumenten su ahorro por motivo
El gobernador ve la normalización como “el auténtico respeto a todo nuestro marco legal”
de precaución y pospongan sus decisiones de adquisición de bienes de consumo duraderos y de compra de vivienda”. A lo que añadió “y sobre todo puede afectar a la inversión empresarial en Catalunya, dado que el entorno de incertidumbre retrasaría la realización de nuevos proyectos de inversión y postergaría las decisiones de contratación”.
Según Linde, las consecuencias del descenso de la inversión y el consumo pueden extenderse “a los agentes residentes y no residentes y afectar a variables como el turismo o la inversión extranjera”. El banquero resaltó que “el resultado sería un impacto negativo más elevado sobre la actividad en Catalunya y en el conjunto de la economía española”.
Respecto al PIB en el 2017, de acuerdo con las últimas estimaciones, reiteró que habrá crecido en torno al 3,1%, lo que significa “recuperar en términos reales el nivel de PIB anterior a la crisis”. Preguntado por el bitcoin fue muy contundente: “No son monedas, son activos porque una moneda no puede subir y bajar un 30%. Se trata de un activo muy especial”. Por ello, aseguró que la CNMV y el Banco de España han empezado a crear grupos de trabajo porque se trata de “una explosión tecnológica y hay que ver cómo se supervisa, se controla...”.
Pese a la acumulación de alertas sobre el peso de la crisis catalana sobre la economía española, los mercados abonaban ayer la tesis de una progresiva solución. La decisión, el viernes, de la agencia Fitch, de mejorar la calificación de la deuda española, dio alas ayer a la bolsa y redujo todavía más el diferencial que debe ofrecer el Tesoro español a los compradores de bonos.
Ese diferencial, conocido como prima de riesgo –diferencial entre el bono español a diez años y el bono alemán al mismo plazo–, se situó ayer en los 82,90 puntos. Con ello, la prima de riesgo vuelve a niveles que no se veían desde abril del 2010. Y se aproxima a la situación existente antes del estallido de la crisis en Grecia, cuando la confianza de los mercados en la deuda de los países mediterráneos era absoluta y no obligaba al pago de diferenciales.