Las pinturas del MNAC no se trasladarán a Sijena
La juez de Huesca paraliza el traslado por riesgo de deterioro
El litigio por las obras de Sijena puede haber entrado en una nueva etapa en la que no habrá más traslados de obras, al menos hasta que se conozca la sentencia definitiva del Tribunal Supremo, lo cual no sucederá hasta dentro de dos o tres años. La magistrada Silvia Ferreruela, la juez de primera instancia nº 2 de Huesca, ha dejado sin efectos la ejecución provisional de la sentencia de 4 de julio del 2017 que había previsto restituir al monasterio de Sijena las pinturas murales que en 1936 fueron arrancadas para salvaguardarlas y que ahora se hallaban en el Museu Nacional d’Art de Catalunya (MNAC).
La juez hace marcha atrás en su decisión anterior de trasladar cautelarmente las pinturas a Sijena y aceptar parcialmente las argumentaciones presentadas por el MNAC y la Generalitat. El auto basa su decisión en primer lugar en que “no sólo no se ha acreditado la finalización de todas las obras de restauración de la Sala Capitular [del monasterio de Sijena] sino que tampoco se ha acreditado la instalación del sistema de climatización (...) y, por supuesto, no se ha acreditado que las condiciones climáticas de la sala capitular sean las idóneas para recibir las pinturas murales, por lo que el riesgo de deterioro de las pinturas es manifiesto”. El gobierno de Aragón había afirmado que las obras de restauración tenía un presupuesto que ascendería a 252.700,26 euros, pero no aportó el certificado final de la obra en el informe remitido.
Y en segundo lugar el auto señala que aunque se hubiesen acreditado estas condiciones, “el riesgo de deterioro sigue siendo evidente teniendo en cuenta la fragilidad de las pinturas murales”. La propia juez reconoce que se trata de “una obra románica de incalculable valor”. El MNAC en sus alegaciones había manifestado la imposibilidad de indemnizar los daños y perjuicios que podía causar una eventual ejecución de la sentencia si posteriormente era revocada por un tribunal superior y había pedido que se fijase una caución para la parte ejecutante por valor de 150 millones de euros.
Para la juez, y a la vista de los distintos informes técnicos, queda acreditado que es posible trasladar estas pinturas y que pese a su situación “actualmente están estables”. Pero a pesar de todo reconoce que “la fragilidad de las pinturas es obvia teniendo en cuenta los avatares históricos que han experimentado desde su arranque en 1936, siendo determinantes en dicho estado de fragilidad, el incendio del monasterio de Sijena y, concretamente, de la sala capitular, así como el proceso de arrancado de las pinturas, a través de la técnica del strappo y su traspasado a telas de algodón mediante un adhesivo a base de caseinato cálcico, tensadas en una cuadrícula de madera o bien encoladas con engrudo de harina sobre los plafones de madera”.
Contra esta resolución no cabe recurso alguno, lo que significa que las pinturas murales quedarán en el MNAC al menos hasta que no se resuelva el recurso presentado en la Audiencia de Huesca y presumiblemente el que posteriormente puede presentarse ante el Tribunal Supremo. Cabe suponer que este proceso puede alargarse probablemente entre dos y tres años más, durante los cuales estas obras no se moverán.
El director del MNAC, Pepe Serra, manifestó su satisfacción tras conocer la interlocutoria que deja sin efecto la ejecución provisional y “atiende los argumentos del museo, centrados en proteger y conservar una obra de arte única en el mundo”. Serra quiso remarcar ayer que las pinturas “continúan expuestas y accesibles para todo el mundo en el museo”.
El abogado del consistorio de Sijena, Jorge Español, tras conocer el auto instó al Ejecutivo regional de Aragón a acometer una “restauración integral” del monumento con la participación del Estado y de alguna entidad bancaria para una completa adecuación de la sala capitular. Según este abogado, en la decisión de la juez “ha influido en algún sentido, la enorme presión mediática que ha habido en torno a este asunto”
El auto judicial destaca que la sala capitular del monasterio no reúne las condiciones para acoger los murales