Experto en bodorrios
Las películas sobre bodas casi constituyen un subgénero, con fronteras siempre un tanto imprecisas, ya que saltan de la sonrisa al llanto con pasmosa facilidad. Los conflictos que pueden acaecer en una boda, especialmente si reaparece algún antiguo amor que permanecía en el olvido, han propiciado un alud de títulos a lo largo de la historia del cine. C’est la vie! es una comedia coral en torno a las situaciones inesperadas en que se va viendo inmerso el propietario de una empresa de catering y experto en la organización de festejos, que a estas alturas de su vida y en plena crisis sentimental, ansía poder vender su negocio y retirarse. Un personaje que cuenta con la carismática presencia del veterano Jean-Pierre Bacri, también guionista que suele trabajar con su mujer, la actriz Agnès Jaoui.
Olivier Nakache y Eric Toledano alcanzaron la cima del éxito comercial en el 2011 con Intocable, película sobre la impredecible amistad que surge entre un inmigrante negro y un refinado aristócrata que se mueve en silla de ruedas. Tres años más tarde realizaban Samba, con tono más dramático, y ahora se decantan desaforadamente por la comedia en C’est la vie!, donde hay trazos autobiográficos. Porque aseguran que en sus inicios ambos ejercieron toda clase de trabajos, entre ellos el de camareros en bodas, para sufragar sus primeros cortometrajes. Con otro personaje, el del músico y animador de las fiestas (Gilles Lellouche) que eleva el tono de la función, C’est la vie! es una pirueta comercial que al menos garantiza la diversión al espectador.