Parada de máximo riesgo
Sobre los peligros que para el peatón comporta coger un taxi o salir de él en pleno carril bici de la plaza de Francesc Macià
El carril bici que pasa por la plaza Francesc Macià lo hace sobre el espacio también destinado a los peatones de la parada de taxis allí dispuesta. Se trata de una de las paradas más usadas de la ciudad, de un viejo punto negro de la movilidad de Barcelona. El Ayuntamiento nunca supo cómo solventar este despropósito. Y los taxistas lamentan que el gobierno municipal continúe habilitando nuevos carriles bici sin reparar las deficiencias que todavía se arrastran.
“Es una vergüenza –dice Alberto Álvarez, uno de los fundadores de Élite, la principal asociación de taxistas del área metropolitana–, y lo que molesta en Francesc Macià es el carril bici, no la parada de taxis… los políticos parece que olvidan que nosotros formamos parte del transporte público, de que nosotros también contribuimos a una ciudad mucho más sostenible”.
Porque bajarse de un taxi en esta parada obliga al ciudadano a tomar medidas de precaución extraordinarias a fin de que ningún ciclista se estrelle contra la puerta recién abierta. Y a la hora de tomarlo también. Porque no hay manera de entrar en un taxi si no es metiéndose en el vial reservado a los ciclistas. Los inconvenientes se agravan cuando no hay taxis en la parada, cuando hay que esperarlos y uno tiene que ponerse a dar saltos y gritos que atraviesen la maraña de vehículos que allí se enreda.
“La verdad es que últimamente el Ayuntamiento no hace otra cosa que favorecer la circulación de ciclistas en detrimento de nuestras condiciones de trabajo –añade Álvarez–, y también en perjuicio de las personas que más ayuda necesitan para desplazarse”.
Los taxistas también denuncian que la progresiva implantación de carriles bici está desplazando muchas paradas de taxis, unos movimientos que a menudo comportan pérdida de plazas. “Esto es especialmente grave en los ambulatorios. Nos están alejando de los accesos. A veces son unos pocos metros, pero la gente que coge un taxi para ir a un ambulatorio no está precisamente para que le hagan andar un poco más”.
“Ahora tenemos un carril bici justo enfrente del ambulatorio de Maragall, en la calle Sant Antoni Maria Claret –tercia Aitor Cepeda, quien lleva los temas de movilidad en Élite-. Nos movieron la parada unos 50 metros. El otro día me vino una cuidadora y me pidió que me acercara a la puerta para recoger a una mujer de unos 90 años con muchas dificultades para caminar. Fue un follón muy desagradable. Los ciclistas tenían que pararse, los otros conductores no dejaban de pitarme… Al final tuve que coger a la señora en brazos”.