Las máscaras invaden el Liceu por cuarto año
Más de 600 personas acuden al acto del Cercle del Liceu
Las máscaras volvieron a tomar el pasado sábado el Saló dels Miralls del Gran Teatre del Liceu y las dependencias adyacentes. Por cuarto año consecutivo, el Cercle del Liceu organizó el Gran Baile de Máscaras, una antigua tradición que data de mediados del siglo XIX y que, con el empuje de las nuevas generaciones jóvenes de este club privado, se ha consolidado como uno de los grandes y exclusivos eventos del año en Barcelona, como demuestran los más de 600 socios e invitados que acudieron en esta edición.
El presidente del Cercle del Liceu, Ignacio García-Nieto, reconoce que recuperar este histórico baile les produce mucha ilusión porque, aunque se reproduce la atmósfera de la Barcelona de hace cien años,
“es una tradición que desarrollamos ahora en un ambiente moderno y actual”. Un ambiente compartido por personas de diferentes generaciones que cumplieron con el protocolo de acudir al baile vestido de etiqueta y con una máscara. Ahí el ingenio hizo acto de presencia entre los asistentes que quisieron rivalizar con la mismísima Venecia. Algunas máscaras se situaron en una línea más clásica, en la tradición de la comedia del arte italiana (Arlequín, Pantaleón, Polichinela, Pierrot). Pero también hubo otras más variadas, con composiciones florales, de fauna diversa (lobo, gato, mariposa), plumas... e incluso un samurái y un faraón.
Pero lo primordial fue disfrutar de una velada que se desarrolló con música en directo de varios artistas como Christina Len, The Black Barbies y Gustav Grau, además de degustar cócteles exclusivos y propuestas gastronómicas de calidad. Entre los asistentes estuvo el Marqués de Vargas, la presentadora Elsa Anka, su hija Lidia Torrent y su pareja Matías Roure. También acudieron personalidades relacionadas con el mundo del tejido industrial de Barcelona.
Con la consolidación del Gran Baile de Máscaras, el presidente Ignacio García-Nieto espera que quede demostrado que el Cercle del Liceu no es “sólo música y cultura sino también fiestas como esta”, mientras que Alejandro González Bonet, miembro de la Lliga Jove que impulsó la recuperación de esta tradición, destaca que “entre los socios más jóvenes también existe un gran gusto por la cultura y el arte, unas inquietudes hasta ahora lideradas por una generación más mayor, y que ahora recogemos nosotros”.