La Vanguardia

Fèlix Millet

La Audiencia sostiene que existe riesgo de fuga y que hay un fallo de culpabilid­ad

- SANTIAGO TARÍN TONI MUÑOZ

EXPRESIDEN­TE DEL PALAU

El que fue presidente del Palau de la Música y uno de los notables de la sociedad barcelones­a ingresó ayer en la prisión de Brians 1, a los ocho años y medio de conocerse el saqueo que perpetró en la entidad cultural.

Pasadas las cinco de la tarde, una ambulancia del SEM trasladaba a Fèlix Millet desde el Palau de Justícia a la prisión de Brians 1, mientras un furgón de los Mossos d’Esquadra hacía lo propio con Jordi Montull. Se cerraba así un nuevo capítulo del caso del Palau de la Música, después de que la Audiencia de Barcelona ordenara ayer el ingreso en la cárcel de ambos excapitost­es de la institució­n cultural.

El pasado 15 de enero, la sección décima de la Audiencia de Barcelona hizo pública su sentencia sobre el desfalco en el Palau de la Música, en la que se imponían nueve años y ocho meses de prisión a Fèlix Millet; siete años, seis meses y quince días a Jordi Montull; cuatro años, seis meses y 22 días a Gemma Montull, y cuatro años y cinco meses a Daniel Osàcar, amén de penas menores para ocho personas más. Los tres primeros, antiguos mandatario­s de la institució­n, y el último, antiguo tesorero de CDC.

La Fiscalía señaló que iba a pedir medidas cautelares para los cuatro citados, y la vista ante la Audiencia se celebró ayer. El ministerio público exigió el ingreso en la cárcel de Millet y Montull, alegando que existía riesgo de fuga atendiendo a lo elevado de las penas.

En opinión de los fiscales, la medida se justifica por la gravedad de los hechos que afectan a los intereses generales y del erario. Además, el hecho de existir una primera sentencia agrava el riesgo de fuga, pues gozan de posición económica y medios de otro tipo para fugarse, además de que la posibilida­d de evasión no disminuye con la edad. En cuanto a Gemma Montull y Daniel Osàcar, solicitó la retirada del pasaporte y que haya presentaci­ones cada veinte y diez días, respectiva­mente.

Las acusacione­s representa­das por la Abogacía del Estado, la Fundació del Orfeó y el Consorci del Palau se adhirieron a la solicitud, pero no la Associació de Federacion­s de Veïns, que pensó que no existía justificac­ión para los cambios de situación.

Como era de esperar, las defensas se opusieron, alegando que no existe tal peligro de huida, debido al arraigo familiar y a que durante estos casi nueve años que dura el proceso han cumplido con todas las exigencias de los jueces, en cuanto a presentars­e y a devolver el dinero que tienen. El letrado de Millet, Abraham Castro, incluso ironizó sobre esta probabilid­ad, al decir que adónde va a ir su cliente, “como no se ponga un turbo en la silla de ruedas”.

Y sin embargo, la posibilida­d de que Millet y Montull añadieran una tocata y fuga al escándalo del Palau no fue considerad­a inverosími­l por el tribunal. Pasadas las tres de la tarde, la Audiencia hizo pública su decisión y mandó a la cárcel a los exdirigent­es de la institució­n cultural, y en sendos autos plasmaba que la hipótesis “no resulta irrazonabl­e, ilógica o arbitraria”.

Esto es así por tres motivos. El primero, y a pesar de que aún falta por ver el recurso ante el Tribunal Supremo, que ahora existe una condena, acordada por unanimidad, con penas graves, que aumenta la probabilid­ad de fuga y que les induzca a eludir la acción de la justicia y cumplir el castigo si este es ratificado.

El segundo es que no estiman el arraigo, pues, en el caso de Millet, sus hijas ya viven en el extranjero. Y, en cuanto al argumento expuesto de que debe cuidar de un hijo minusválid­o, se señala que no depende de él y que esta situación no le disuadió de cometer los delitos. En cuanto a Montull, su hija también está condenada en esta causa. Además, los patrimonio­s declarados están embargados, pero no descartan que hayan ocultado dinero en el extranjero o a nombre de terceros, lo cual facilitarí­a la evasión, y recuerda que Millet tenía cuentas fuera. Y el tercero es la desestimac­ión de la alegación de sus precarios estados de salud, pero creen los jueces que en prisión podrán recibir los tratamient­os necesarios. Por lo que respecta a Gemma Montull y Daniel Osàcar, la decisión fue retirarles el pasaporte, obligación de comunicar cambios de domicilio y presentaci­ones el primer día del mes en la Audiencia.

El caso del Palau de la Música se conoció el 23 de julio del 2009. Más de ocho años y medio después, Millet y Montull han ido a prisión. Durante el proceso nunca pisaron la cárcel, pero sí durante 13 días en el 2010 por una derivada, el hotel del Palau, por el que fueron absueltos. Entonces, al abandonar Brians 2, Millet se llevó una televisión que había comprado en el economato del presidio. En la sentencia del asunto principal, la Audiencia fijó el desfalco de la institució­n cultural en 23 millones de euros, de los cuales 6,6 fueron a parar a CDC y otros seis se evaporaron sin que se sepa a dónde han ido. De la sentencia se deriva que Ferrovial haya tenido que explicar sus medidas anticorrup­ción a la Comisión Nacional del Mercado de Valores. Ayer, una ambulancia del SEM y un furgón de los Mossos escenifica­ron que se cierra un nuevo capítulo de esta historia.

Los jueces no descartan que ambos hayan ocultado dinero en el extranjero o a nombre de otros

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ANA JIMÉNEZ Fèlix Millet y Jordi Montull, ayer en la vista que les envió a prisión

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