La Vanguardia

La UE exige al Reino Unido que decida ya qué tipo de relación quiere

- LONDRES

Michel Barnier, jefe del equipo negociador de la Unión Europea, estuvo ayer en Londres, entrevistá­ndose con la primera ministra Theresa May en Downing Street, y al terminar la reunión seguía tan confuso como al iniciarla.

La división en el Gobierno británico sobre el modelo de relación que quiere tener con la UE después del Bréxit es tan grave que el tiempo se escurre entre las manos sin que se adopten las decisiones clave. Barnier considera que “ha llegado la hora de tomar una decisión”. No hacerlo implica poner en riesgo una salida ordenada del Reino Unido. En este caso, los perjuicios para la economía británica serán mayores y la City de Londres dejará de ser la única rival de Wall Street en el mercado financiero internacio­nal.

May mantiene su postura firme de salir de la unión aduanera y del mercado único. A Barnier le parece muy bien, pero exige que diga qué tipo de relación quiere.

David Davis, jefe del equipo negociador británico, que también estuvo presente en la reunión de ayer, insiste en cerrar un acuerdo aduanero y comercial con las menos trabas posibles y que, al mismo tiempo, permita al Reino Unido pactar acuerdos con otros países, especialme­nte Estados Unidos, China y Japón.

Barnier considera que esto no es más que una declaració­n de intencione­s que necesita de mucha más concreción. “Fuera de la unión aduanera y del mercado único –dijo– es inevitable que se levanten barreras al comercio de bienes y servicios”.

“Necesitamo­s claridad”, insistió Barnier, en las propuestas británicas. Pero May no puede ser más clara. Tiene al partido dividido entre los que defienden estar fuera de todo y los que prefieren mantener un pie en la unión aduanera y el mercado único, aunque sin saber exactament­e cómo. Estar fuera pero con todos los privilegio­s de los que están dentro es algo que Bruselas ya ha dicho a Londres que será imposible. La economía británica, la sexta del mundo, se enfrenta a tener que vender sus productos a la UE con un arancel medio del 5% que llegará al 10% en el caso de los automóvile­s. La City tampoco podrá seguir comerciand­o con euros como hasta ahora. París o Frankfurt, segurament­e, se harán con este lucrativo negocio.

Todo lo que ayer alcanzó a concretar Davis es que al consejo económico del próximo 13 de marzo acudirá con una propuesta firme sobre la extensión del periodo de transición que se abrirá después de la salida efectiva del Reino Unido, prevista para el 29 de marzo del 2019.

Barnier le recordó que durante esta transición, Gran Bretaña deberá regirse con las mismas reglas que el resto de socios de la UE.

Londres garantiza que antes de un mes fijará la extensión del periodo de transición tras la salida en el 2019

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