La vivienda se convierte en la asignatura pendiente del gobierno Colau
Narcopisos, subida de alquileres y falta de alojamiento social incumplen las promesas
Narcocupaciones, alquileres por las nubes, infraviviendas enquistadas... Las grandes promesas que condujeron a Ada Colau a la alcaldía se están convirtiendo en su cruz. Los problemas relacionados con la vivienda están desbordando al gobierno de los comunes. El ritmo de construcción de vivienda pública no compensa las inercias del mercado, los servicios sociales contra las emergencias habitacionales no dan abasto, los desahucios persisten... Y la oposición no desaprovecha ninguna oportunidad de espetarle a la alcaldesa que todas aquellas culpas y responsabilidades que otrora ella repartía con vehemencia son ahora suyas, de reprocharle que los males que tanto denunció aún angustian a muchos ciudadanos.
La comisión de Derechos Sociales celebrada ayer fue la última muestra. “Nos preocupa la desidia del gobierno municipal”, dijo la demócrata Mercè Homs. “Ha pasado demasiado tiempo...”, agregó la republicana Montserrat Benedí. “Les pedimos responsabilidad, que gestionen la ciudad”, terció Marilén Barceló, de Ciudadanos. “Hace semanas que pedimos un listado de pisos ocupade dos y no nos dicen nada”, lamentó la socialista Carmen Andrés. “Se presentaron a las elecciones con el Stop Desahucios –criticó la popular Ángeles Esteller–, y ahora no garantizan los derechos de las familias amenazadas por los desahucios”. “Aún aplican el modelo de ciudad del todo vale si se hace dinero”, concluyó Maria Rovira, de la CUP.
La mañana arrancó con la enésima llamada de atención al gobierno de Colau a santo de los narcopisos del Raval. Los ediles de Ciudadanos pidieron que los responsables del distrito de Ciutat Vella en materia de seguridad y vivienda celebren una sesión monográfica sobre este problema. BComú no quiso rechazar la iniciativa. Hubiera quedado muy mal. El PDECat prefirió abstenerse para matizar que el Ayuntamiento también ha de poner el acento en los aspectos inmobiliarios del problema. Porque el Consistorio no logra convencer a los propietarios de que pongan sus viviendas vacías en la bolsa municipal de alquiler social. La ciudadana Barceló recordó que vecinos de la calle de la Cera son extorsionados por traficantes, que varios drogadictos se instalaron en una azotea Reina Amàlia, que hubo un incendio en un narcopiso de Hospital... “Las víctimas son familias que no se atreven a salir a la calle –abundó Barceló–, familias con miedo de que los narcos les quiten sus pisos”.
La propuesta de Cs es un mantra que se repite con diferentes palabras desde el verano, desde que las caceroladas de protesta contra los narcopisos saltaron a los titulares. A la sesión también acudieron varios
Narcopisos, subida de alquileres, emergencia habitacional..., nuevas armas arrojadizas contra la alcaldesa
representantes de la asociación de vecinos de las calles d’En Roig, Picalquers y Robador. Esta entidad monta hoy un narcotour por el Raval para denunciar la degradación de la vida cotidiana del barrio. Más de 30 medios, algunos extranjeros, cubrirán la iniciativa. Tras el debate, en los pasillos, la teniente de alcalde Laia Ortiz y una técnica reprocharon a los representantes vecinales el tratamientos que están haciendo del problema, les aseguraron que el gobierno municipal hace todo lo que puede. De repente las reivindicaciones vecinales se tornan incómodas.
Luego la popular Esteller quiso