Bárcenas y la caja B
El extesorero del PP dice que Génova prohibió facturas falsas
El extesorero del PP ha reconocido la existencia de una contabilidad paralela en València, aunque ha afirmado que la dirección no sabía nada.
El tesorero del PP Luis Bárcenas casi nunca decepciona. Ha ido aportando a la justicia datos con cuentagotas, y a veces se contradice. Pero si los jueces saben separar el grano de la paja –y esa es en parte su labor–, casi siempre hay en sus declaraciones algún dato de interés. Ayer, en su comparecencia como testigo en el juicio que trata de establecer responsabilidades por la corrupción instalada en la financiación del PP valenciano, se mantuvieron las mencionadas constantes. Bárcenas, que nunca ha tirado fuerte de la manta, volvió a enseñar en la Audiencia Nacional una mínima esquina del paño, tan sucia como la había descrito el ex secretario general de los populares en Valencia, Ricardo Costa. El testimonio de Bárcenas sirvió para confirmar que en el PP de dicha comunidad hubo una caja B –o contabilidad paralela, como prefiere llamarla el extesorero popular–, si bien –añadió– la dirección central de la organización nunca tuvo algo que ver con ello.
Bárcenas prosigue, en su suma, con su esforzada tarea de blanqueo de su propia conducta y de la observada por los máximos dirigentes del partido. Otros indicios de este comportamiento del extesorero, ya aparecidos en capítulos anteriores, pudieron percibirse cuando retiró la acusación contra la dirección del PP por la destrucción de sus ordenadores, dejados tras de sí al abandonar la organización. Ha habido un giro en la estrategia de Bárcenas, más dispuesto a colaborar –¿limitadamente?– con la justicia y guiado tal vez por la esperanza de que el tribunal que le ha juzgado por la primera etapa de la red de corrupción Gürtel, en ningún caso le imponga los 39 años de prisión que la Fiscalía ha pedido para él. La sentencia se está redactando. Pronto se verá.
Mientras tanto, Bárcenas explicó ayer en la Audiencia que en Valencia sí funcionó un sistema de financiación irregular. Pero no porque la dirección central lo admitiera. Al contrario, el jefe del extesorero, Álvaro Lapuerta –excluido de estos juicios por sus trastornos de memoria y avanzada edad–, le dijo al ayer testigo que hablaría con los dirigentes valencianos para dejarles claro que el sistema de utilizar a empresarios para pagar las facturas de las campañas electorales estaba prohibido. Y añadió que así lo aconsejaban experiencias pasadas, como las del caso Naseiro para el PP, o el caso Filesa para el PSOE. Pero según el propio Bárcenas, todo indica que a Lapuerta no le hicieron caso. El extesorero lo dijo de otro modo. “Parece ser –afirmó– que las instrucciones al final no se cumplieron”. Y de ahí que los empresarios colaboradores del PP valenciano financiaran sus campañas con facturas falsas que emitía Orange Market.
En paralelo, ayer siguió descargando la tormenta desatada por Francisco Granados sobre el PP de Madrid. Junto a las peticiones de comparecencias parlamentarias, el PSOE rechazó el pacto de regeneración propuesto por la presidenta de la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes. Los socialistas eran los únicos que habían acudido a la última reunión convocada por el PP sobre este asunto.
“Las instrucciones no se cumplieron”, afirma el extesorero sobre las finanzas del PP valenciano