El avión ruso pudo caer por fallos en los sensores de velocidad
Después de examinar las cajas negras del avión An-148 ruso que el pasado domingo se estrelló cerca de Moscú con 71 personas a bordo, la Comisión Interestatal de Aviación que investiga lo ocurrido cree que la causa de la tragedia estuvo en un fallo técnico, ya que los instrumentos de cabina habrían ofrecido a los pilotos datos incorrectos sobre la velocidad del aparato.
“El análisis preliminar de la información grabada, así como el análisis de casos semejantes ocurridos en el pasado, permiten suponer que lo sucedido se pudo deber a unos datos incorrectos sobre la velocidad del avión en los indicadores de los pilotos”, señaló ayer su portavoz, Svetlana Petrenko. Parece ser que este fallo “está relacionado con la formación de hielo al desactivar los sistemas de calefacción”.
Los pilotos no habrían encendido la calefacción, así que también hay que estudiar si medió un error humano. Petrenko explicó que las conclusiones de los especialistas de la Comisión Interestatal de Aviación se examinarán junto a otros materiales reunidos por los investigadores.
El avión, fabricado por la compañía Antónov hace ocho años y operado por la compañía regional Sarátov Airlines, hacía la ruta entre Moscú y la ciudad de Orsk, en la provincia de Oremburgo (Urales). Llegó a alcanzar 1.800 metros de altura, pero perdió altura y seis minutos después de despegar del aeropuerto de Domodédovo se estrelló sobre un campo nevado a las afueras del pueblo de Argúnovo, al sureste de la capital rusa. Ninguno de los 65 pasajeros y los seis tripulantes sobrevivió al impacto.