Familias vulnerables denuncian que llevan un año esperando su realojo
que los comunes tomaran medidas “para paliar el colapso de los servicios de emergencias del Consorci d’Habitatge de Barcelona”. Según la edil, en los últimos meses se triplicó el número de familias que sufren una emergencia habitacional. “La lentitud de la respuesta está multiplicando las listas de espera. Hablamos de familias pendientes de desahucio a las que se ha de adjudicar otra vivienda”. Desde Cs agregaron que cada semana se dan unos 50 desahucios, que en el 2016 estos servicios adjudicaron 367 pisos, y en el 2017 sólo 218... que la lista de espera ya es de 537 familias. La propuesta del PP no salió adelante. Pero el rechazo de la mayoría de ediles no respondió a una defensa del gobierno municipal, sino a que no quisieron que los populares se apuntaran un tanto. Tildaron la propuesta de cínica, dadas las políticas del PP desde el Gobierno central.
El último palo del día a las políticas de vivienda de Colau vino de las mano de sus exsocios del PSC. La socialista Carmen Andrés pidió al gobierno municipal que realoje de una vez por todas a las decena de familias que malviven en las infraviviendas del número 27 del Camí de la Cadena, en el barrio de la Bordeta, en el entorno de Can Batlló, muy cerca de la Gran Via. Tal y como ayer denunció Andrés, las nuevos pisos de esta treintena de personas, muchas de ellas niños, están construidos desde hace aproximada-
mente un año. “Son familias en situación de extrema vulnerabilidad”. Algunos casos, como el de un joven con una profunda discapacidad, son muy acuciantes. El edil de Vivienda Josep Maria Montaner reconoció que el proceso está sufriendo retrasos, que sus fases no pudieron solaparse, que la burocracia es así. “Pero lo arreglaremos todo cuanto antes”, aseguró a una nutrida representación de mujeres del Camí de la Cadena, que también acudieron a la sesión y le explicaron en el pasillo que ponen tablas en las puertas de sus casas para impedir que entren ratas y ratones. “Hace 20 años nos dijeron que algún día nos darían un piso en condiciones –explicó Laila Karchaf–… Pero los construyeron y no nos los dan, y encima el otro día nos dicen que tendremos que pagar unos alquileres que no podemos pagar”. Sus paredes están atestadas de manchas de humedad, su instalación eléctrica es de 125. Montaner repuso a las mujeres que, probablemente mediante los servicios sociales, encontrarán el modo en que puedan afrontar el alquiler que marca la ley para estos casos. Karchaf detalló que una de las viviendas está tapiada porque hace pocos meses su techo se vino abajo, que a los críos les da vergüenza que sus compañeros de clase sepan donde viven, que la palmara de seis metros de altura que presidía el patio se desplomó de repente unos pocos días atrás, que afortunadamente la lluvia amedrenta a las ratas y a los ratones…