Gaudí sin digitalizar
La UPC pide más recursos para difundir un fondo de 147.000 documentos
Gaudí es el gran negocio de la ciudad de Barcelona, es el eje de la construcción simbólica de la imagen turística de Barcelona, y sin embargo no hay dinero para inventariar, restaurar y digitalizar el fondo documental depositado en la Escola Tècnica Superior d’Arquitectura de Barcelona centrado en buena parte en el patrimonio modernista. Esta es a grandes rasgos la argumentación de Juanjo Lahuerta, director de la cátedra Gaudí de la Universitat Politècnica de Catalunya (UPC), que ayer hizo balance del primer año del proyecto de creación de un gran catálogo en línea de estos fondos patrimoniales.
El fondo que poseen la cátedra Gaudí y la propia Escola d’Arquitectura consta de 147.000 documentos, entre los que hay dibujos, planos, fotografías, objetos y bibliografía antigua de gran valor. Aquí están 50 dibujos y acuarelas de la época de estudiante de Antoni Gaudí (acabó sus estudios con la segunda promoción de arquitectos, en 1878) y los planos de La Pedrera, la Casa Batlló y el Park Güell, que es de lo poco que sobrevivió del gran arquitecto tras ser incendiado y destruido su taller de la Sagrada Familia en julio de 1936, en los primeros días de la Guerra Civil. Hay también dibujos de sus ayudantes, como Joan Matamala, escultor de la Sagrada Familia y colaborador en el proyecto del hotel Atracción, el rascacielos que debía construirse en Nueva York. Naturalmente hay numerosos dibujos y proyec- de Jujol, que durante 40 años fue profesor de la escuela, y de arquitectos como Puig y Cadafalch, Torres Clavé, Moragas, Coderch, Bohigas... y tantos otros. El documento más antiguo es un plano de Barcelona del 1700, que se suma a otros mapas de agrimensores procedentes de la escuela Llotja, del siglo XVIII. Pero hay también mobiliario, cerámicas, pavimentos, vidrieras y rejas de hierro forjado de los edificios de Gaudí, como las casas Milà y Batlló o el Park Güell. Y está la colección de yesos (relieves y moldes) de la antigua Escola d’Arquitectura de Barcelona y los fondos personales de distintas donaciones. El apartado fotográfico incluye desde fotografías de arquitectura y urbanismo de Antoni Esplugas hasta las placas de vidrio sobre viajes y excursiones de estudian- tes de la escuela de 1901 a 1923 o las fotografías originales de la exposición del Grand Palais de París dedicada en 1910 a Gaudí.
Este patrimonio constituye, al decir de Juanjo Lahuerta, “uno de los fondos de Arquitectura más importantes del mundo, tanto por la amplitud del periodo que abarca como por su calidad”. Es además un “archivo muy desconocido, porque no está catalotos
PROYECTO DE FUTURO Sólo se ha podido inventariar el 18% de los documentos y digitalizar un 11%
RIQUEZA PATRIMONIAL
La cátedra dispone de 50 dibujos del Gaudí estudiante y planos de sus proyectos
Lahuerta lamenta la escasez de tesis doctorales y de consultas al fondo
La cátedra Gaudí negocia con dos museos para salvaguardar su patrimonio
gado en su totalidad y porque hasta ahora ha sido poco accesible”. Pero lo más sorprendente es que sólo un 18% de este fondo (26.282 documentos) está inventariado y quedan cajas prácticamente sin abrir donde aún se confía en encontrar algunas joyas. De este fondo se ha digitalizado un 11% (16.570), que ya es accesible en línea y de forma gratuita. De hecho ayer se presentaba el trabajo realizado por cuatro becarios que este año han añadido tres mil nuevos ítems a la catalogación, pese a que del presupuesto de 50.000 euros previsto para este plan de choque solo se obtuvo una cuarta parte.
La cátedra Gaudí no dispone del dinero necesario para constituir este archivo digital y apenas cuenta con dos empleados. Ni la Escola d’Arquitectura ni la UPC disponen de recursos. Lahuerta se pregunta cómo es posible que una ciudad como Barcelona que destaca por una arquitectura y unos arquitectos de renombre no haya sido capaz de dar mayor difusión a este patrimonio. “Hay una asimetría entre la visión comercial de Gaudí y la visión científica”, añade. Es más, no se trata solo de ponerlo a disposición de los investigadores sino también de asegurarse su conservación y restauración. En muchos casos se trata de un material original y muy frágil que no debería ser manipulado y que no siempre se halla en las condiciones adecuadas. Todo ello incide en la escasez de tesis doctorales y estudios sobre Gaudí y el modernismo o sobre la arquitectura catalana. Lahuerta recuerda además que apenas hay investigadores extranjeros que acudan a consultar este archivo.
Aún así el responsable de la cátedra avanza dos lineas de colaboración pendientes de concreción aún. Por un lado con el Museu Nacional d’Art de Catalunya (MNAC), para depositar en este centro una parte de dibujos y planos para su exposición. Y por otro con un museo, de no quiere precisar, con el que se pretende firmar un convenio para invertir en la conservación de determinadas piezas.
Preguntado por un futuro museo de la arquitectura que el anterior conseller de Cultura Lluís Puig situó en el actual Centre d’Art Santa Mònica, Lahuerta se limita a recordar que “de momento está en el aire” y “en todo caso no tiene nada que ver con un archivo”.