Dibaba, esa tradición de cada invierno
“Lo que le pasa a Genzebe Dibaba es que no sabe correr despacio”. Eso dice Juan Pedro Pineda, su representante. Y luego se ríe.
Minutos después, Dibaba registraba 8m31s23 en los 3.000 m. Es una marca importante, un clásico.
Basta con echarle un vistazo a su palmarés en indoor. Genzebe Dibaba (27) acapara el récord mundial de 1.500 m, la milla, 2.000 m, 3.000 m y 5.000 m. Todos a la vez. En todos los casos, los ha conseguido persiguiendo a las liebres durante un rato. Y al final, corriendo en solitario. Eso mismo ocurrió ayer en Sabadell.
No iba a ser de otro modo: esta etíope no sabe correr despacio.
Cazadora de plusmarcas –en el invierno pasado se adueñaba de los 2.000 m en esta reunión–, Dibaba disputaba ayer los 3.000 m. Lo hizo en busca de la mejor marca mundial del año (los 8m36s01 de la estadounidense Shelby Houlihan). Salió tras las dos lanzadoras, que marcaron los parciales. Pasaron los 1.000 m en 2m50s. Y luego la etíope se quedó a solas. Completamente.
De ahí al final peleó consigo misma, para regocijo de los feligreses, gente entendida. Tiene su punto, eso de ver a Dibaba dándole diez vueltas a la pista, enrabietada. Dobló a todas las rivales.
Luego se puso en manos de Jerome Joseph, su fisioterapeuta, el encargado de mantener a raya la hiperlordosis lumbar de la etíope, ese problema que la atascó el verano pasado, en los Mundiales de Londres: entonces sólo fue duodécima en los 1.500 m. Desde aquellos días, atleta y masajista viajan juntos. En 17 días arranca el Mundial indoor, en Birmingham.