Un #MeToo para musulmanas
Una periodista y escritora egipcia rompe el tabú del acoso en la peregrinación a La Meca
La mujer musulmana tiene desde el pasado día 6 de este mes su propio movimiento #MeToo con el que denunciar la violencia sexual sufrida en los lugares de culto, especialmente durante la celebración del Haj, la peregrinación sagrada a La Meca, en Arabia Saudí, que los creyentes deben realizar de forma obligatoria al menos una vez en la vida y donde cada año acuden dos millones de fieles, la mitad de ellos mujeres. #MosqueMeToo es una invitación a romper los tabúes sobre la violencia sexual sufrida en santuarios donde los impulsos sexuales debieran estar contenidos.
Un largo testimonio publicado el día 2 en Facebook por una joven pakistaní, Sabica Khan, encendió el fuego. En su declaración, aseguraba que durante su peregrinación a La Meca alguien le había tocado el culo “de una manera muy agresiva”, por lo que se había sentido “terriblemente violentada”.
La periodista y escritora musulmana Mona Eltahawy recogió la antorcha y fue quien lanzó en Twitter la etiqueta #MosqueMeToo, que muy pronto se llenó de mensajes. Eltahawy, nacida en Port Said, Egipto, en 1967 vive a caballo entre El Cairo y Nueva York, aunque su juventud la pasó en Arabia Saudí, donde se despertó su conciencia feminista. En noviembre del 2011, en plena primavera árabe, fue torturada y violada durante su detención en el Ministerio del Interior egipcio.
Eltahawy lanzó #MosqueMeToo “para ayudar a las musulmanas a romper su silencio”. Ella misma sufrió abusos sexuales durante su peregrinación a La Meca en 1982 cuando únicamente tenía quince años. “Guardé silencio a causa del miedo, pero también para no dar una mala imagen de los musulmanes. Incluso hoy en día muchos me acusan de inventarme lo sucedido o de que lo único que pretendo es calumniar al islam”, señala Eltahawy.
Más de siete mil testimonios se han unido a esta etiqueta con sus propias experiencias. La indonesia Farissa Nibala aseguraba que “nunca me he sentido más acosada que en la ciudad santa de La Meca”; Anggi Angguni, escocesa, señala que tiene “horribles recuerdos de La Meca. La gente piensa que por tratarse de un lugar sagrado para los musulmanes no va a ocurrir nada malo, pero eso no es verdad”; un hombre jordano interviene para señalar que había visto “cómo manoseaban a mi mujer”.
Mona Eltahawy denuncia que ha recibido amenazas y acusaciones de querer ganar notoriedad con esta campaña. A los hombres musulmanes que le critican por su iniciativa les dice que “vuestra actitud y el odio que me profesáis refleja exactamente el motivo por el que este es un problema del que nadie quiere hablar”.