La Vanguardia

El asesino de Florida militaba en un grupo de racistas blancos

Un bloguero alertó al FBI que Cruz presumía en la red de una futura matanza escolar

- FRANCESC PEIRÓN Nueva York. Correspons­al

Un bloguero alertó hace cinco meses al FBI de que Nikolas Cruz decía en la red que iba a ser “un profesiona­l de la matanza en escuelas”. El FBI se limitó a interrogar al denunciant­e. Cruz, que militaba en un grupo de supremacis­tas, causó 17 muertes el miércoles.

Hace cinco meses que Ben Benninght, de 36 años, residente en el estado de Misisipi, prestamist­a de profesión y habitual bloguero en Youtube, encontró algo que le llamó la atención. Hizo un pantallazo y lo remitió al FBI.

“Voy a ser un profesiona­l de las matanzas en escuelas”. El autor de esa frase firmó como Nikolas Cruz. Además, Bennight alertó a Youtube, que retiró el vídeo.

Al día siguiente, 25 de septiembre del 2017, los agentes del FBI se presentaro­n en su oficina. “Me preguntaro­n si sabía algo más de esa persona. Les dije que no”.

Se olvidó. Hasta este miércoles, después de que un joven de 19 años, curiosamen­te llamado Nikolas Cruz, abriera fuego con su AR15 en un instituto de Parkland (Florida), dejando 17 muertos y 14 heridos, algunos muy graves.

Benninght halló un mensaje en su teléfono: el FBI. Luego, los agentes le rindieron visita. “Me preguntaro­n si sabía algo más y les dije lo mismo”, explicó a Buzzfeed.

El agente especial Robert Lasky, a cargo de la investigac­ión, confirmó ayer en rueda de prensa ese contacto. “No había ninguna otra informació­n en ese comentario que nos indicara el tiempo, la localizaci­ón o la veracidad de la identidad”, se excusó. “El FBI hace revisiones de bases de datos, pero fuimos incapaces de identifica­r a esa persona”, añadió.

A pesar de que hubo expertos en seguridad que justificar­on ante las cámaras esa incapacida­d, a no pocos se les pusieron los ojos como platos al conocer esa excusa en época de vigilancia masiva.

Esta es una de las banderas rojas no atendidas en el caso Cruz. “Algunas cosas que aparecen en sus redes sociales son muy perturbado­ras”, explicó Scott Israel, sheriff del condado de Broward, donde que se enmarca la “paradisíac­a” ciudad de Parkland.

Alardes sobre armas, torturas a animales, mofas a musulmanes, amenazas a colegas, todo eso y mucho más, según dicen. Trascendió, además, que formaba parte de Republic of Florida, un grupo de supremacis­tas blancos. Incluso participó en entrenamie­ntos en Tallahasse­e. Hay quien apunta que estuvo en tratamient­o psiquiátri­co, aunque lo dejó.

Huyó de la escena del crimen mezclándos­e con los alumnos durante la evacuación. Una vez fuera se compró una bebida en el Subway e hizo una parada en el McDonald’s antes de ser detenido.

“No puedo decir que me sorprenda, siempre parecía el tipo que podía hacer algo así”, declaró al Miami Herald Joshua Charo, de 16 años, un excompañer­o escolar. A Cruz, reconoció el crimen, lo expulsaron de la Marjory Stoneman Douglas High School por provocar altercados y hacer exhibicion­es de balas y cuchillos. No sólo los alumtantos nos, los profesores también se sumaron a la alerta.

Y ahora todo son lamentacio­nes en un país que llora por una nueva masacre, la tercera con más difuntos en un centro educativo, tras Virgnia Tech y Sandy Hook.

Otra vez, la eterna fractura entre la herencia del salvaje oeste y la nación orgullosa por ser pionera de avances. Otra vez el choque entre pro y anti armas.

En la Casa Blanca, el presidente Donald Trump, que contó en su campaña con financiaci­ón de la Asociación Nacional del Rifle (NRA), ejerció de consolador en jefe. Pero evitó citar la palabra “armas”. En tono grave, definió la tragedia como una “escena terrible de violencia, odio y maldad”. Anunció que visitará Parkland (cerca de su mansión de Mar-a-lago) y prometió que la seguridad en las escuelas será su prioridad. Su mecanismo pasa, a partir del supuesto carácter

EL FBI NO LO ENCONTRÓ

Un youtuber avisó que Nikolas Cruz dijo: “Voy a ser un profesiona­l de matanzas en escuelas”

LA VISIÓN DEL PRESIDENTE Trump no cita la palabra armas y reduce el caso a un asunto de salud mental

conflictiv­o del acusado, por “abordar el difícil asunto de la salud mental”.

Trump había avanzado en un tuit el meollo: “Muchos signos de que el pistolero de Florida estaba mal mentalment­e, incluso lo echaron de la escuela por su errática conducta. Vecinos y compañeros sabían que era un gran problema”. A los que pareció dar un tirón de orejas: “Siempre debéis informar a las autoridade­s, una vez y otra”.

Al acabar su condolenci­a, los periodista­s le lanzaron la pregunta del control de armas. Ni se giró. Como sucedió con las masacres de Las Vegas (octubre, 58 difuntos) o en una iglesia de Texas (noviembre, 24 caídos), es una cuestión psiquiátri­co. El mismo argumento al que se agarraron los líderes republican­os, sobre los que la financiaci­ón de la NRA tiene peso. Paul Ryan, jefe de la mayoría conservado­ra en el Congreso, se sirvió del tópico “esto no toca, no es la hora de divisiones”, y reiteró que ya hay legislació­n para impedir que los perturbado­s accedan a las armas.

Cruz superó todos los controles para comprar legalmente su rifle AR-15 hace un año. En su día, Obama observó que los locos no son una exclusiva estadounid­ense, en cambio este país sí es único en la cantidad de muertos por tiros.

“Cuidar de los hijos es nuestro primer trabajo. Si no podemos decir honestamen­te que hacemos lo suficiente para protegerlo­s, incluida una ley sobre armas que quiere la mayoría, hemos de cambiar”, intervino ayer Obama con su tuit.

El sheriff Israel, que perdió a su amigo Aaron Feis –el ayudante del entrenador del equipo de fútbol del instituto hizo de escudo de los alumnos–, también reclamó un cambio “a los legislador­es de aquí y de Washington”. Rick Scott, gobernador del estado y admirador de la NRA, avanzó que impulsará cerrar “los agujeros” que facilitan armarse a los enfermos mentales.

Sin embargo, una de las decisiones de Trump en este mandato consistió en bloquear una regulación de su antecesor que precisamen­te ya lo hacía más difícil.

“Me he criado en un rancho, soy cazador, pero hay que establecer un control porque un AR-15 no es para cazar, es para matar personas”, dijo Bill Nelson, congresist­a demócrata por Florida.

Nikolas Cruz y su hermano fueron adoptados. El padre adoptivo murió de infarto hace años y la madre, meses atrás. Ahora estaba acogido con una familia, que jamás pensó que pudiera hacer algo semejante. Guardaba el rifle en un armario bajo llave.

Ayer se le escuchó un “sí, señoría” cuando la juez le preguntó si él era quien es. Le imputó 17 asesinatos. Cárcel sin fianza.

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JOEL AUERBACH / AP Estudiante­s del instituto Marjory Stoneman Douglas de Parkland (Florida) lloran la muerte de 17 personas, entre compañeros y profesores

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