La Vanguardia

Nunca digas nunca

Los tiroteos en escuelas tienen tal dimensión que los expertos ven a EE.UU. como el país rico más peligroso para los niños

- FRANCESC PEIRÓN Nueva York. Correspons­al

Ha habido otras matanzas, muchas más. Tucson (Arizona) en enero del 2011, a la puerta de un supermerca­do; Aurora (Colorado), en julio del 2012, en la proyección de una película de Batman; en Orlando, en junio del 2016, en un club. Incluso en iglesias o en un concierto en Las Vegas (Nevada), el pasado octubre, que con 58 muertos ostenta el récord.

Sin embargo, y a pesar de todo el dolor que se acumula en estas circunstan­cias, nada resulta comparable al peaje emocional que supuso cubrir sobre el terreno la masacre de la escuela de primaria Sandy Hook, en la ciudad de Newtown (Connecticu­t), registrado en diciembre del 2012.

Queda en la memoria la imagen de aquel vecino, ya veterano, que en una loma iba clavando cruces, una por cada uno de los veinte niños –de siete años– asesinados y otras seis por los adultos. (El pistolero y su madre, en el lado del mal y la culpa, no computaban).

Silencio absoluto, sólo el sonido del mazo al golpear la madera.

Aún con la sangre caliente hubo un consenso generaliza­do, la promesa de que esto no se podía repetir. Se había tocado la fibra más sensible en el tejido del país.

Si bien es cierto que, en 1999, el ataque en el colegio de secundaria de Columbine (Colorado), con quince muertos, incluidos los dos autores, indicó que una matanza en una escuela ya no se podía considerar como una aberración impensable, Sandy Hook era otra cosa. Demasiado para cualquier espíritu, por metálico que sea. No se podía aceptar que simples criaturas fueran asaltadas cuando los padres los habían dejado en el lugar más seguro posible. Ya no.

Obama lloró. El presidente no pudo reprimir las lágrimas en su discurso pronunciad­o cerca del lugar de la tragedia. Lloró y rezó por las víctimas, pero eso no impidió que reclamara una acción en el Congreso para regular la venta de armas de asalto.

Las buenas intencione­s murieron en el Senado a los pocos meses. Adam Lanza utilizó entonces un AR-15, versión civil del fusil de asalto militar, diseñado para la guerra. Las armas de guerra se fabrican para matar personas.

La larga cadena tiene un nuevo eslabón (hasta el cierre de esta edición), el del instituto Marjory Stoneman Douglas, de Parkland, en el condado de Broward, a medio camino entre Miami y Fort Lauderdale. ¿Qué rifle cargó su presunto autor, Nikolas Cruz? Pues sí, un AR-15, que sigue siendo

Los estudiante­s del instituto de Florida piden que se afronte de una vez la cuestión del control de las armas

Los simulacros de ataques para saber qué hacer se han convertido en la nueva normalidad en los colegios

la estrella en el mercado armado de Estados Unidos.

Aquel nunca más sólo fue pura palabrería. Desde la masacre de Sandy Hook se contabiliz­a que al menos 473 personas han recibido el impacto de balas en 273 tiroteos en escuelas. El balance asciende a 112 muertos. Trece de esos 273 tiroteos se catalogan de “masivos”, al sumar cuatro o más fallecidos en cada caso.

Robert Runcie, superinten­dente de las escuelas públicas del condado de Broward, confesó ayer lo que le habían comentado muchos estudiante­s, los que habían visto de cerca el horror de esta epidemia el día anterior. “Todos coincidían en que este es definitiva­mente el momento para tener la conversaci­ón nacional sobre el control de armas”, explicó en rueda de prensa.

Al lado se hallaba el gobernador de Florida, el republican­o Rick Scott, quien, a pesar de su apoyo al lobby de las armas, abogó por buscar la manera de evitar que personas con problemas mentales accedan a ellas. “No quiero una sociedad en la que a un niño de preescolar se le enseña a protegerse de un pistolero”, dijo.

Los simulacros y los ensayos para saber qué hacer en una situación así se han convertido en la nueva normalidad de los colegios estadounid­enses. Son mucho más frecuentes que los que sus abuelos practicaro­n en prevención a un ataque nuclear.

Los datos avalan esta nueva asignatura. En los que va de año se han producido 18 incidentes armados en escuelas, lo que da una media de uno cada 2,5 días. En ocho de estos sucesos se registraro­n muertos o heridos.

Un estudio de Health Affairs concluye que EE.UU. “es la más peligrosa entre las naciones ricas para un niño”. Precisamen­te por la epidemia de las armas.

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SUSAN STOCKER-SUN SENTINEL / AFP El autor de los disparos, Nikolas Cruz, compareció ayer ante el tribunal del condado de Broward

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