La legislatura aletargada
La presidenta del Congreso urge a los grupos a acelerar y desatascar iniciativas bloqueadas
La legislatura está absolutamente empantanada, desde hace muchos meses, y no parece que vaya a tener solución”, confirma el portavoz parlamentario del PNV, Aitor Esteban, a La Vanguardia.
Y, consciente del atasco y el letargo que padece la acción legislativa, la propia presidenta del Congreso, Ana Pastor, invitó ayer a almorzar a los portavoces de los grupos parlamentarios, para intentar “acelerar y desatascar” la situación. Pero sin lograr mayor acuerdo que el vago compromiso de los grupos de no reclamar sucesivas prórrogas en los plazos de trabajo de las comisiones y subcomisiones parlamentarias, que a su vez demoran la constitución de otras ya aprobadas y que siguen haciendo cola, esperando su momento. Nada se despejó, en todo caso, sobre los vetos del Gobierno a numerosas iniciativas de la oposición, gracias a la facultad que le otorga la Constitución, y a las prórrogas de los plazos de enmiendas que mantienen en el limbo otras muchas iniciativas legislativas.
Así, y si la anterior fue una “legislatura fallida”, que apenas se prolongó 188 días ante el fracaso de la investidura de Pedro Sánchez y la repetición de las elecciones, la actual es, en estos momentos, “una legislatura muerta”, según denuncia la portavoz del PSOE en el Congreso, Margarita Robles. Pero nada parece obstaculizar el propósito del presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, de prolongarla todo lo posible, hasta el año 2020. Aunque no logre aprobar unos nuevos presupuestos generales y aunque Ciudadanos considere “congelado” su pacto de investidura del 2016. Y por mucho que el líder de Podemos, Pablo Iglesias, siga clamando por una moción de censura contra Rajoy a la que el líder del PSOE, Pedro Sánchez, hace oídos sordos porque prefiere
El Gobierno lleva vetadas 51 iniciativas legislativas, y otras 41 siguen bloqueadas en el plazo de enmiendas
manejar sus propios tiempos y que nadie se los imponga.
Tanto el Gobierno como los cuatro principales partidos del escenario político español –PP, PSOE, Podemos y Ciudadanos, todos con mínima capacidad o voluntad de acuerdo– intentan ahora superar la larga parálisis impuesta por la situación de Catalunya con una ingente producción de iniciativas legislativas. Pero el Congreso sufre a su vez un insólito colapso, convertido en un cuello de botella con atascos kilométricos y donde, pese al trabajo diario, los resultados son ínfimos. En todo el 2017 sólo se aprobaron dos leyes orgánicas y otras 12 iniciativas con rango de ley.
Según los datos facilitados por el grupo parlamentario socialista, en esta legislatura ya son 51 las iniciativas legislativas vetadas por el Gobierno –con el argumento de que implican aumento de gastos o disminución de ingresos del presupuesto vigente–, y no admitidas por una Mesa del Congreso donde el PP y Ciudadanos suman mayoría. En concreto, son 39 proposiciones de ley registradas por los distintos grupos, y otras 12 proposiciones de ley de las comunidades autónomas.
Además, otras 41 iniciativas legislativas siguen durmiendo el sueño eterno, bloqueadas en un plazo de enmiendas que se prorroga una y otra vez hasta el infinito.
En concreto, son cinco proyectos de ley, una proposición de ley de iniciativa popular, otras 24 proposiciones de ley de los grupos parlamentarios, una proposición de ley del Senado, dos proposiciones de ley de comunidades autónomas, 3 proposiciones de reforma del reglamento del Congreso, 4 convenios y la propuesta de reforma del estatuto de autonomía de la Comunidad Valenciana que ya acumula ¡46! prórrogas del plazo de enmiendas.