Matanza de San Valentín
No me refiero aquí a la masacre cometida supuestamente por orden de Al Capone en Chicago el 14 de febrero de 1929, en que perecieron cinco gángsters de una banda rival, sino a la mucho más mortífera y cruel cometida por un exalumno de 19 años en el instituto de Florida del que había sido expulsado por mala conducta, con cerca de una veintena de muertos y más de una decena de heridos.
Se trata al parecer de la tercera con más víctimas en un centro de estudios de Estados Unidos, pero dista de ser un caso único: en el mes y medio escaso que llevamos de año ya son 18 los tiroteos de este tipo registrados en el país. El presidente Trump rápidamente ha presentado sus condolencias, pero nadie ignora que crímenes de esta envergadura podrían evitarse con un control más estricto de la venta de armas.
Si bien la violencia gratuita en adolescentes es un fenómeno creciente a escala mundial, debido, entre otras cosas, a la falta de interiorización de las mínimas normas éticas por una deficiente educación moral, está claro que EE.UU. se lleva la palma a causa de esa especie de barra libre en la distribución de armamento; y ello unido a una cultura que exalta la autodefensa y justifica la agresividad.
El problema para nosotros es que esa cultura nos coloniza y tiende a extenderse globalmente; debemos mantenernos alerta y ponerle diques si no queremos seguir sus pasos.
PEDRO FEAL VEIRA
A Coruña