Los rastros del pasado
Es el primer largometraje realizado por Igor Legarreta (Bilbao, 1973), asistente de dirección y autor de varios cortos que aquí ha conseguido reunir un notable equipo de intérpretes para este debut. Desde grandes veteranos como Eduardo Blanco, inolvidable en películas como El hijo de la novia (2001) o Luna de Avellaneda (2004), a jóvenes como el barcelonés Miki Esparbé o el vasco Eneko Sagardoy, reciente ganador del Goya al mejor actor revelación por su trabajo en la multipremiada Handia. Cuando dejes de quererme es una película coral, que va sumergiéndose en las siempre procelosas aguas de los secretos familiares, ocultados durante años. Hay una máxima que en el filme se escucha varias veces: “Sólo el amor justifica un pecado”.
Cuando era una niña, Laura y su madre tuvieron que abandonar el País Vasco para trasladarse a Buenos Aires, donde ella acabó residiendo en compañía de su padrastro, un tipo acogedor y con gran sentido del humor. La noticia, tres décadas más tarde, de que ha sido descubierto el cadáver de su padre, hasta entonces dado por desaparecido y que fue asesinado, motivan su regreso al País Vasco. El de Laura es un complejo personaje al que la joven actriz argentina Flor Torrente insufla notable convicción, sin amedrentarse en ningún momento ante su ilustre compatriota Eduardo Blanco, al que debe dar la réplica en numerosas escenas.
Regresar al pasado nunca es fácil, especialmente cuando hay hechos ocultos, verdades y mentiras que se entremezclan. Nuevos personajes aparecen entonces, enriqueciendo todavía más una historia coral repleta de recovecos.
Esta ópera prima de Igor Legarreta soslaya en todo momento los excesos dramáticos y procura reflejar el macilento interior de unos seres duramente golpeados por un pasado en constante reaparición. Hay numerosos saltos temporales y algunos incluyen referencias al terrorismo de ETA. El cineasta vasco describe a la joven protagonista como la “personificación viva del personaje sin hogar, cuya existencia ha quedado marcada por el lugar que la vio nacer”.