La sorpresa es tinerfeña
“Se gana con coraje”. Así resumió Campazzo el triunfo de su equipo ante el Unicaja en un duelo muy igualado. El base argentino fue el gran protagonista con 18 puntos y 7 asistencias para mantener al Real Madrid en el camino del que sería su quinto título consecutivo. El Unicaja (13/25 triples) hizo todo lo necesario para ganar, pero falló en los últimos 4m30s cuando había obtenido una ventaja clara (70-77) después del quinto triple de Waczynski, que no erró desde la distancia. En ese instante, los malagueños no fueron inteligentes, perdieron un par de balones y siguieron insistiendo con los lanzamientos lejanos, que no entraron. Cinco puntos de Rudy Fernández dieron paso a un parcial de 16-4 que ya no tuvo réplica por parte de un rival consciente de que su oportunidad había pasado. Ni siquiera el trío arbitral ayudó entonces porque no vio una clara falta de Campazzo a Nedovic con 87-84 en el marcador, con lo que la primera semifinal de mañana enfrentará al Madrid y al Iberostar Tenerife.
El Valencia, finalista de la pasada edición de la Copa y campeón de la Liga Endesa, se fue a casa a las primeras de cambio. Roto por las lesiones –ayer no jugaron, por ejemplo, sus tres bases, Vives, Diot y Van Rossom–, el equipo que dirige Txus Vidorreta –en Tenerife el año pasado– fue una
presa fácil para el Iberostar, muy sólido desde la llegada de Katsikaris al banquillo el pasado noviembre. Los 18 balones perdidos fueron una losa para los valencianos, que después del 36-36 del descanso fueron casi siempre por detrás ante un rival en el que destacó Abromaitis, que anotó los seis tiros libres en los últimos minutos, Ponitka, Vázquez y Tobey. Pero lo mejor del Iberostar fue su defensa, que dejó en solo 72 puntos a un Valencia con pocas ideas en ataque, donde únicamente brillaron Green, Pleiss y Thomas.
A falta de 1m27s, el Tenerife, que por primera vez en el torneo llega a las semifinales, tenía el triunfo en el bolsillo (65-73) aunque Ponitka había fallado dos tiros libres seguidos. El Valencia fue capaz de acercarse hasta el 70-73, pero entonces llegaron los aciertos de Abromaitis. “El equipo ha tenido mucho corazón”, explicó Katsikaris, mientras que Vidorreta reconoció que “no hemos estado al nivel necesario”.