Un nuevo accidente de avión pone en evidencia la precariedad aérea iraní
Un avión de la compañía Aseman Airlines con 65 personas a bordo que cubría la ruta Teherán-Yasuj, en el sudoeste de Irán, se estrelló ayer cuando sobrevolaba la cadena montañosa de los Zagros, dejando poca esperanza de que se encuentren supervivientes. Este accidente se suma al largo historial de catástrofes áreas desde la revolución islámica en 1979 y las sanciones económicas. Desde entonces ha habido alrededor de 1.900 muertos en 31 accidentes.
El vuelo EP3704 despegó de Teherán a las ocho de la mañana y habría desaparecido del radar 50 minutos después sin que el piloto hubiera dado ninguna señal de alerta. Desde entonces las autoridades empezaron la búsqueda.
Las malas condiciones climáticas sumadas a las difíciles condiciones del terreno han retrasado la búsqueda. “Logramos rastrear uno de los móviles de un pasajero y, a través de eso, pudimos localizar el sitio del accidente. Sin embargo, todavía no hemos encontrado la carcasa”, aseguró anoche el director del centro de emergencia.
Según esta señal, el avión, un ATR-72, un aparato de fabricación francesa, se encontraría en las laderas del monte Dena, a 3.000 metros de altura. Hasta anoche había sido imposible llegar al lugar ni identificar los restos de la aeronave desde el aire. Los helicópteros no han logrado sobrevolar el área.
La descoordinación de los funcionarios de la aerolínea creó una gran confusión entre los familiares de los pasajeros. Un portavoz de Aseman dijo que los 60 pasajeros, entre ellos un menor, y los seis tripulantes habían fallecido. Incluso circulaba una lista de pasajeros. Horas más tarde la aerolínea rectificó para decir que no podía confirmar las muertes. También se supo que una persona que aparecía en la lista había perdido el avión.
Aseman Airlines es la tercera aerolínea en importancia en el país y se caracteriza por llegar a lugares remotos como Yasuj, capital de la empobrecida provincia de Kohkiluyeh-Boyer Ahmad. Como el resto de las compañías aéreas en Irán, tiene la flota envejecida y serias dificultades para encontrar en el mercado negro los repuestos para las aeronaves. Pero a diferencia de Iran Air y Mahan Airways –las otras dos aerolíneas grandes del país–, Aseman no pasa los controles de seguridad europeos. El avión accidentado era el más viejo de esta compañía y había estado sin operar durante siete años debido a problemas técnicos.
Después del acuerdo nuclear del 2015, Irán tiene tratos con Boeing y Airbus para renovar su flota. Pero el futuro de esta negociación, como también el de la seguridad aérea de Irán, pasa por la voluntad del presidente estadounidense, Donald Trump, que se opone al acuerdo nuclear.