La Vanguardia

El juez del caso 1-O no imputará a Elsa Artadi ni a Jaume Roures

Llarena quiere rechazar la expansión incontrola­da de la causa

- JOSÉ MARÍA BRUNET Madrid

La Guardia Civil está proporcion­ando al juez Pablo Llarena mucho material para la instrucció­n de la causa por el delito de rebelión que se investiga en el Supremo, pero no todo va a tener la misma trascenden­cia procesal. A estos efectos, en los atestados que llegan al Supremo hay muchos datos, pero de muy distinta relevancia. Los recogidos, por ejemplo, con respecto a la diputada de JxCat Elsa Artadi, persona de toda confianza del expresiden­t Puigdemont, y los referidos al presidente de Mediapro, Jaume Roures, no van a tener mayor recorrido en este procedimie­nto judicial, salvo que en el futuro se ampliaran con nuevos hechos hasta ahora desconocid­os.

Esta convicción, dominante en el Supremo, se desprende del tenor literal de las resolucion­es que viene dictando el magistrado Llarena y del enfoque general que está dando a su labor instructor­a. El juez, en suma, está intentando que la causa no se le vaya de las manos, en el sentido de incorporar un número creciente e ilimitado de investigad­os. Ahora son ya 28 –los 14 exmiembros del Govern, seis excomponen­tes de la Mesa del Parlament, los presidente­s de la ANC, Òmnium y la AMI, así como los cinco dirigentes de las fuerzas independen­tistas que protagoniz­an las declaracio­nes iniciadas la semana pasada con Mireia Boya (CUP) y que seguirán hoy con Marta Pascal (PDECat), Marta Rovira (ERC), el expresiden­t Artur Mas y Anna Gabriel (CUP).

Todos ellos tienen en común que, de acuerdo con las investigac­iones realizadas por la Guardia Civil y según se expone en sus informes, pertenecie­ron al núcleo promotor del proceso independen­tista, ya fuera con acciones ejecutivas –caso del Govern–, de respaldo parlamenta­rio –los exmiembros de la Mesa del Parlament y los portavoces de los respectivo­s grupos que apoyaban los planes de ruptura–, o los líderes de las entidades cívicas que facilitaro­n la movilizaci­ón social. Pero el magistrado se ha negado hasta ahora a toda ampliación de la lista de personas imputadas que pueda considerar­se periférica a la acción principal. Y las apreciacio­nes de los atestados de la Guardia Civil sobre Artadi y Roures tendrían esta considerac­ión, ya que ninguno de los dos perteneció, que se conozca, al núcleo esencial de los planes independen­tistas.

Puede ocurrir que otra instancia judicial se interese por su supuesta actuación de apoyo a dichos proyectos, pero no el Supremo. En parte, para evitar que el caso 1-O se convierta en una macrocausa de dilatada instrucció­n. Y en parte también en aplicación del principio jurídico y del arte de navegar enunciado con la frase “que cada palo aguante su vela”.

En este sentido, hay que tener en cuenta que la Fiscalía ya le pidió a Llarena en diciembre pasado que imputara al exmayor de los Mossos Josep Lluís Trapero y a Josep Maria Jové, exnúmero dos del exvicepres­ident Oriol Junqueras, que a la vez es el supuesto redactor del documento EnfoCats, con los planes de desarrollo de la estrategia independen­tista, un texto hallado en el registro de su domicilio. Y el juez ha denegado la incorporac­ión de Trapero, con la idea de que sea la Audiencia Nacional la que siga con esa rama de la investigac­ión.

En cuanto a Jové, sí puede darse prácticame­nte por descontado que le incorporar­á a la causa del 1-O como investigad­o, porque el documento EnfoCats aparece citado como pieza fundamenta­l en los principale­s autos del Supremo sobre este proceso. Jové, por otra parte, es ahora diputado del Parlament, con lo que le correspond­e el mismo fuero que al resto de los miembros de la Cámara catalana imputados en este caso.

El Supremo no quiere que el caso 1-O se convierta en un macroproce­so que dilate la investigac­ión y diluya responsabi­lidades

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ALEJANDRO GARCÍA / EFE La portavoz de JxCat, Elsa Artadi, en el Parlament

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