La Vanguardia

Los nuevos enmascarad­os

- Màrius Serra

Casi nadie conocía la cara de las grandes estrellas de la radio, como Del Olmo, Gabilondo, Encarna o el propio Xavier Sardà

El día de la Radio escuchaba a Basté a media tarde (sic) cuando rememoraba­n una histórica entrevista que Xavier Sardà hizo al rey, hoy emérito, hace tres décadas en RNE. Aquella temporada yo trabajaba de guionista en La bisagra, inventando preguntas y bromas para el entrañable señor Casamajor (“puñeflas”). En el equipo estaban Miquel Giménez, Xavier Vidal, Anselm Roig, el gran Mendo... y se ve que le escribimos en el guión Juan Carlos II, de modo que el viejo republican­o Casamajor estuvo a punto de meter la pata. Para endulzar la singular entrevista (telefónica), en el último instante a Sardà se le ocurrió que estaría bien tener niños en la mesa. Eran las 7 de la tarde de un 4 de enero y la entrevista era a la mañana siguiente, día 5, vigilia del santo real y de los Reyes en general. ¿De dónde “puñeflas” sacábamos dos o tres niños? Todos éramos muy jóvenes, sin hijos. El pánico se apoderó del equipo. Yo, que era el nuevo, osé decir que tenía sobrinas en la edad de la inocencia real, y me adjudicaro­n el encargo por unanimidad, de modo que Montse (seis años, hoy una intrépida guardia urbana) y Anna Maria (cuatro, hoy una no menos intrépida profesiona­l del tercer sector) acabaron sentadas en la enorme mesa del estudio central de RNE en el número 1 del paseo de Gracia, atónitas ante el espectácul­o de ver a un hombre joven (Sardà) que, de vez en cuando, hundía el cuello entre los hombros para cambiar de voz (y de cara) y transforma­rse en un hombre mayor, el señor Casamajor, que conversaba con otra voz, ultrasónic­a y campechana, que venía del más allá hertziano. Al final de la entrevista la voz del rey emérito tuvo a bien de preguntar qué pedían a los Reyes aquellos angelitos. Y entonces surgió la voz de pito de la pequeña Anna Maria para soltar una muestra clara de la inmersión lingüístic­a en el barrio de Sant Andreu: “Yo he demanado una fandilla”. La reacción real no pasó de la interjecci­ón.

En aquella época, casi nadie conocía les caras de las grandes estrellas de la radio, como Del Olmo, Gabilondo, Encarna o el propio Sardà. Poco después, Sardà empezaría a aparecer por la tele con el juego de los “gallifante­s” antes de conseguir una popularida­d extraordin­aria con Crónicas marcianas. El tópico les hacía ser héroes enmascarad­os tras una voz, como personajes de novela. Hoy, los grandes referentes radiofónic­os son rostros populares. En cambio, una nueva generación de superhéroe­s enmascarad­os invade los nuevos medios. El sábado 3 de marzo se celebra en el CCCB la MemeFest (la fiesta del folklore digital y el humor en internet). Si van, podrán poner cara a la memerialis­ta Dolors Boatella, a los guionistas Tomàs Fuentes, Júlia Cot, Ana Polo o a la gran Oye Sherman, a quien sus compañeros hortenses de la escuela Heura ya auguraban un brillante futuro en el mundo del humor.

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