Carlos Herrera se hace accionista del Betis
El radiofonista comparte la inversión con Mariló Montero
El amor al fútbol vuelve a unir, aunque sea a distancia, a Carlos Herrera y Mariló Montero. Los periodistas, separados desde hace tiempo tras veinte años de matrimonio, se han convertido en accionistas del Betis. Ambos han acudido a la última subasta de acciones del club verdiblanco, en la que se sacaba a la luz un 5,2% de los títulos de la entidad.
Las acciones que han suscrito son de las consideradas de las caras; cada una está valorada en 476 euros. Se ponían a la puja cinco lotes de 1.000 títulos y uno de 1.004. Aunque hasta hoy no se conocerá la adjudicación definitiva, una vez comprobada la documentación presentada, todo parece indicar que Montero y Herrera habrían suscrito cada uno por separado un lote de mil acciones.
El presentador de la Cope es un reconocido aficionado bético, con muchos trienios a sus espaldas padeciendo y disfrutando con el club de la avenida de la Palmera. Herrera destacaba recientemente su pasión por el Betis y por el Barcelona, fruto de sus años de estancia en Catalunya. Todo parece indicar que tras la conversión del club blaugrana “en ejército del procés”, según sus palabras, el locutor ha abandonado la militancia culé. La pasión de Mariló Montero por el Betis es sobrevenida, ya que la presentadora de televisión es de origen navarro. Su traslado a Sevilla, siguiendo los pasos de su entonces marido, hizo de ella una auténtica apasionada de la ciudad, sus costumbres, sus gentes y su Betis. En una reciente entrevista señalaba que “en Sevilla he sido inmensamente feliz. No hay cosa que más me haya gustado en mi vida que vestirme de gitana. Tengo grandes recuerdos”.
Pese a su separación, tanto Carlos Herrera como Mariló Montero siempre han hablado bien el uno del otro. El locutor defendió ardorosamente públicamente a su exmujer de los comentarios hirientes realizados por Pablo Iglesias sobre ella. Y ambos se manifiestan orgullosos de sus hijos, Rocío y Alberto. La primera ya es una modelo reconocida, y el segundo intenta abrirse camino en el mundo de la música.
La pareja, que está divorciada, ha pujado por separado por dos mil títulos que cuestan casi un millón de euros