Àngels Gonyalons y Abel Folk reviven ‘El llibertí’ en el Poliorama
Logró un gran éxito hace una década, y sus responsables creen que es tiempo de intentar repetirlo: Joan Lluís Bozzo vuelve a dirigir en el Teatre Poliorama El llibertí, un vodevil filosófico repleto de humor del francés Éric-Emmanuel Schmitt. Un vodevil filosófico con seductoras e inteligentes mujeres que entran, salen y se esconden en las habitaciones y vuelven loco al protagonista. Que es nada menos que uno de los grandes pensadores de la Ilustración: Denis Diderot, padre de la monumental Encyclopédie junto a D’Alembert. Diderot será pintado por una enigmática artista, Madame Therbouche, que quiere retratarlo en profundidad... para lo que le pide que se desnude. Eso sí, en esta ocasión Diderot y Madame Therbouche no van a ser, como cuando se estrenó la obra en el Poliorama el 2007, Ramon Madaula y Laura Conejero, sino Abel Folk y una Àngels Gonyalons que en los últimos años se prodiga poco por los escenarios barceloneses: la última vez, en el 2014 como madre superiora del musical Sister Act.
El llibertí, que se podrá ver hasta el 2 de abril, une en escena elegancia, voluptuosidad e ideas: Diderot está encerrado en el pabellón de caza de su amigo, el barón D’Holbach, para intentar escribir la entrada de la Encyclopédie correspondiente a un término peliagudo: moral. Y cuatro mujeres se lo pondrán difícil: la pintora; su propia mujer, harta de sus infidelidades; su hija, que le explica que busca a un hombre de su misma edad, y la señorita D’Holbach, que quiere dejar de ser virgen. Todas ellas le harán ver que los problemas morales requieren ser estudiados caso a caso y tienen soluciones frágiles y discutibles.
Para Bozzo, El llibertí es una obra “con giros de mucha astucia teatral, de mucho ingenio”. “Una obra que bajo la apariencia de una comedia de faldas y un vodevil de puertas que se abren y se cierran reflexiona sobre la guerra de sexos, sobre la terrible dificultad de distinguir qué es amor y qué es sexo, qué es pasión y qué es ternura. Diderot fue uno los pensadores más modernos y se planteó el tema sin escrúpulos puritanos ni prejuicios morales. Abogó por la libertad individual, y en la función encontramos máximas suyas como que todo está permitido mientras no se haga sufrir al otro o que el único deber del hombre es ser feliz, frases que son una lección de tolerancia”, concluye el director.