“Nos da la felicidad”
Los campeones se rinden ante el cambio liderado por Pesic
“Hace una semana mi cara no estaba así, te lo aseguro. Ahora estoy muy contento”, se confesaba Adam Hanga, aún sobre la pista del pabellón. “No tengo palabras. Esto no lo podía pensar nadie. Estoy muy feliz. Estábamos en una situación jodida. Es increíble”, acertaba a decir Thomas Heurtel, elegido MVP del torneo. “Veníamos jodidos y ahora estamos celebrando”, recordaba Víctor Claver. “Yo llevo siete, pero esta es muy especial por de dónde veníamos”, valoraba Juan Carlos Navarro. Todos estaban alucinando. Y ahora nadie quiere ponerse ningún techo.
El capitán enseguida buscó a Svetislav Pesic para abrazarse con él por el título. El técnico ha sido el artífice de un cambio radical con un final de cuento. “No sé si he sido el primero o el segundo en abrazarlo. Pesic nos ha dado un empujón. Es un técnico experto que sabe estar y ha hecho un buen trabajo, él y Ricard Casas. Los jugadores también hemos dado un paso adelante. ¡Quién nos lo iba a decir hace dos semanas!”, se sorprendía la Bomba.
“Las finales siempre son muy difíciles, y esta ha sido emocionante. ¡Qué más puedo decir! Estoy muy contento por este trofeo”, reflexionaba Pesic, que hace dos semanas estaba en Austria, esquiando. “Nacho (Rodríguez) me llamó y me preguntó: ‘¿Estás preparado?’. Yo tomé el primer avión a Barcelona”, explicó sobre la génesis de su fichaje.
Genio y figura, el entrenador no pudo ser más elocuente cuando explicó la proeza de su equipo en esta Copa. “Hemos jugado contra el Baskonia, el Gran Ganaria, el anfitrión, y le hemos ganado la final al Madrid. Sólo no jugamos contra Golden State”, bromeó, ante la dureza del camino.
Entre los jugadores, todos quisieron destacar el papel del técnico. “Pesic ha puesto un poco de orden. En una semana ha cambiado todo”, le atribuía Hanga. “Nos ha aportado felicidad. Todos los jugadores tienen que ser felices para jugar bien. Pesic nos da felicidad y así es más fácil meter la bola dentro”, apuntaba Heurtel. “Nos ha cambiado el espíritu –añadía Pau Ribas, que se llevó la red de la canasta–. El último cuarto lo hemos jugado horrible, pero hemos ganado por carácter y por querer”, revelaba. “Después del cambio de entrenador, hemos sabido luchar y hemos sabido creer”, terciaba Víctor Claver, que se apoderó del balón.
Ribas se acordó de las penas de la afición. “La temporada hasta la Copa era mala. Se la dedicamos a nuestros aficionados, que lo han pasado mal”. Ahora la plantilla quiere dar más alegrías. “La mochila que llevábamos encima era bastante jodida. Esto nos tiene que dar moral, energía y confianza. Somos un gran equipo y lo hemos demostrado. Hay que seguir en esta línea”, recetó Pierre Oriolalés. “Ahora empieza una nueva temporada. Después de este título queremos también la Liga”, aseguró Hanga.
“No creo que sea nuestro último trofeo”, prometió Pesic en presencia del presidente, Josep Maria Bartomeu. Mientras los jugadores estallaban en una carcajada. ¡Quién lo iba a decir!
LA DEDICATORIA DE PAU RIBAS “La temporada hasta la Copa era mala; se la dedicamos a la afición, que lo ha pasado mal”
EL TÉCNICO, GENIO Y FIGURA “Sólo nos ha faltado ganar a Golden State”, bromea; y promete más: “No creo que sea el último título”