Segundo oro para el austriaco Hirscher en Pyeongchang
El esquiador austriaco logra su segundo oro, ahora en gigante
Llegó a los Juegos de Pyeongchang medio acomplejado, todo el mundo le recordaba que le faltaba una medalla de oro olímpica para dar lustre a un palmarés impresionante, y acabará marchándose de Corea del Sur como uno de los más grandes. El austriaco Marcel Hirscher (28) agigantó su leyenda ayer en Yongpyong, el Valle del Dragón, al vencer en la prueba del gigante y colgarse su segundo oro. Y quizás no el último: el jueves es el favorito en slalom. Podría convertirse en el tercer esquiador alpino de la historia que logra tres oros en los mismos Juegos.
Si el martes, al ganar su primer oro en combinada (slalom y descenso) se quitaba de encima la presión, y sobre todo, recordaba a la prensa que ya no tendría que responder más “a la estúpida pregunta” de qué metal le faltaba en unos Juegos, ayer Hirscher se confesaba “desinflado”. Por cómo le costó ganar al noruego Henrik Kristoffersen, su gran rival en la Copa del Mundo, al que veía “cómo volaba” en la segunda manga.
En la primera bajada, Hirscher se había impuesto por 63 centésimas al francés Alexis Pinturault, mientras que el noruego no pasaba del 10.º puesto, a 1s3. Pero en la segunda, Kristofferson voló y dejó detrás al austriaco, a 4 centésimas. “Era difícil esquiar la segunda manga. Hice un par de pequeños fallos, pero conseguí bajarlo hasta la línea de llegada”. En el cómputo total de las dos mangas aventajó en 1s27 al nórdico, plata.
Ya podía respirar tranquilo y saborear el éxito. El de ahora y el acumulado en su carrera. El círculo está más que cerrado. Hirscher, el único séxtuple ganador de la Copa del Mundo (2012-17), ha dejado atrás a los nombres más ilustres del esquí alpino, sus compatriotas Marc Girardelli (austriaco de nacimiento que compitió por Luxemburgo por desacuerdos con la Federación) y Hermann Maier. El de Salzburgo superaba el año pasado el récord de cinco títulos de la Copa del Mundo de Girardelli; 20 años barridos de un plumazo. Con las diez victorias que acumula esta temporada ya atisba su séptima Bola de Cristal.
Diez victorias este curso con las que suma ya 55 en el circuito. La última, el pasado 28 de enero en el gigante de Garmisch (Alemania), le sirvió para superar las 54 de Herminator, la segunda mejor marca de la historia. Por delante sólo le queda el intocable Ingemar Stenmark con 86 victorias. A la plusmarca absoluta del sueco sólo se le aproxima la estadounidense Lindsey Vonn (81).
Pero el reto más cercano lo tiene todavía en Pyeongchang: colgarse su tercer oro. Será el jueves en slalom, contra su gran rival de la Copa del Mundo, Kristofferson. Si gana se convertirá en el tercer esquiador alpino con tres oros en los mismos Juegos, después de su paisano Toni Sailer (1956) y el francés Jean-Claude Killy (1968). La historia en sus manos.