Caza de estelades
Agresión en Cornellà a unos socios del Espanyol independentistas
De las senyeres y banderas blanquiazules –a menudo trenzadas– que poblaron mayoritariamente las gradas de Sarrià durante varias décadas, a la actual guerra de banderas que se vive en Cornellà, donde una mayoría de banderas españolas compite con senyeres, estelades y las denominadas estelades pericas, el Espanyol parece haber enterrado definitivamente el histórico lema “sólo un club” que acompañó a la entidad incluso en su himno. La agresión y las injurias que sufrieron el domingo un joven que portaba una estelada y su abuelo, de 84 años, en el interior del estadio demuestran que la diversidad entre la masa social no es sinónimo de convivencia.
El hecho se asemeja al de anteriores sucesos ocurridos en los exteriores del estadio o en el centro comercial anexo. Un joven, portador de una bandera española, increpó al de la estelada con el apoyo de seguidores que abandonaban la grada al finalizar el Espanyol-Villarreal. A los gritos de “¡Tonto!” y “¿Adónde vas con esa bandera?” pronto se sumaron otras palabras, escupitajos y una agresión física que llevó al joven socio independentista a un centro sanitario por una brecha en una ceja. El abuelo, también socio, acabó por los suelos con contusiones, en lo que varios testigos presenciales definen entre un puñetazo y un empujón.
El club reaccionó ayer por la mañana condenando los hechos y poniéndose a disposición de los Mossos, que elevaron acta de lo sucedido. Por la tarde, identificado el agresor, que no es abonado del Espanyol, el club ofreció su apoyo moral y los servicios jurídicos de la entidad a los agredidos, que manifestaron su intención de darse de baja, además de personarse como acusación en el procedimiento que se iniciará de oficio tras la actuación policial. “El club activará todas las medidas necesarias para que el agresor no acceda a nuestras instalaciones como mínimo hasta que la justicia deportiva se pronuncie sobre su potencial sanción”, señaló el Espanyol en su segunda nota sobre el suceso.
“El Espanyol tiene hoy en día un problema grave –señaló por la mañana en RAC1 el expresidente Joan Collet, el primero en denunciar públicamente los hechos–. Hay gente que está tratando de posicionar políticamente al club. Espero que alguien haga algo porque me consta que cada vez hay más gente desencantada con esta situación”. Collet incluso ofreció cifras de lo que considera grupos organizados: “Son 300 o 400 y son un peligro, porque quieren hacer un club a su imagen, prefieren un Espanyol pequeño, pero como les gustaría”.
El colectivo Roger de Llúria, que agrupa socios y peñas de carácter soberanista, también condenó ayer una agresión que considera impropia en un club plural. “De un tiempo a esta parte, coincidiendo con el inicio del proceso soberanista en nuestro país, los violentos vuelven a moverse y a actuar violentamente en las instalaciones de nuestro club a la caza de estelades”, señala el colectivo en un comunicado. Su presidente, Ernest Vilches, que sufrió un intento de agresión por exhibir durante una junta de accionistas una estelada perica, explicó ayer que las peñas y los socios que portan estas banderas en Cornellà tienen que esconderlas al entrar y salir por temor a ser objeto de insultos, amenazas o agresiones y que incluso los violentos han llegado a identificarlos sin llevar símbolos ni banderas.
La reciente campaña del club y los agentes sociales españolistas “Per un RCDE Stadium només en blanc-i-blau” consiguió mitigar el conflicto de forma puntual. En la grada de animación no se exhiben otros símbolos que los del club. Pero el problema existe.
LAS VÍCTIMAS El joven atacado sufrió una brecha en una ceja, y su abuelo acabó por los suelos con contusiones