Marc Márquez: “Quiero mejorar como hace Messi”
Llegaba a Doha el miércoles cerca de la medianoche tras 6 horas de vuelo; al hotel, hacia las 2. Y el día siguiente, un no parar en la vuelta al cole: filmación, sesiones de fotos, control antidopaje, ruedas de prensa, foto de familia de la parrilla, briefings, entrevistas de televisión... ¡Pausa! Los purasangre también necesitan parar. Marc Márquez está fundido antes de empezar a correr. Pide un masaje antes de atender a
La Vanguardia en su oficina en el circuito. Una de esas casetas prefabricadas. Refugio minimalista, austero, con una mesa, un sofá y todas las herramientas de trabajo ordenadas en un baúl camerino: botas, monos, guantes, ropa del equipo, los calzoncillos azules y los rojos... y regalos de los fans. “Cuando quieras”, dice relajado, el día antes de empezar a defender la corona de MotoGP. El estrés del 2017 es historia.
Se le ve con mejor mata de pelo. ¿Uno de los objetivos de este año es salvar la peluca de los efectos de la ansiedad?
Con menos ansiedad, menos estrés y las cosas yendo mejor, hay más tranquilidad. Fue una anécdota curiosa, las clapitas estas que me salieron el año pasado (donde se le caía el pelo), pero eran muy pequeñas. Este año, de momento, parece que empiezo un poco mejor: tengo más estabilidad, y eso me da más tranquilidad. Pero el Mundial sigue siendo muy difícil.
¿Cómo lleva ser el candidato número uno, el rival que batir?
Es difícil. No se hace nada fácil afrontar un año sabiendo que para la gente, y para mí mismo, no ganar es un desastre. Parece que la única opción sólo sea la victoria. En MotoGP ser campeón depende de muchos factores. Si empiezas el año con esta presión, parece que en la primera carrera se tenga que acabar el mundo. Hace falta saber apartarla y empezar como toca.
¿Cómo imagina la temporada?
Hoy por hoy, no sé por dónde irán los tiros. No me la imagino porque los tests confunden mucho. Hasta la cuarta carrera, en Jerez, no se sabrá exactamente quién se define para luchar por el campeonato. Hay rivales que veo más fuertes, por la experiencia o por el pasado, como los dos pilotos Yamaha, mi compañero de equipo, Dovizioso y Zarco. A Lorenzo lo incluyo, pero con un poco más de interrogante. Son a los que más veo. Pero este año los dos Suzuki harán podios, no le extrañe que aquí en Qatar gane uno de ellos, porque van muy rápido. La clave será ver quién logra más estabilidad en las posiciones delanteras.
¿Intuye algún tapado que no nos imaginemos?
Zarco. Pedrosa, que este año está muy fino, trabajando mucho. Quizás son los dos tapados que la gente no dice tanto. Y cuidado con las Suzuki. Iannone es quizás más irregular, y Álex Rins ha hecho una buena pretemporada. Estarán delante.
Usted es el máximo favorito. ¿Se ha parado a pensar que si gana el título tendrá cinco coronas de MotoGP con 25 años, tantas como Doohan? ¿Es consciente de ello? No quiero ser consciente porque no quiero que cambie nada. Parece que si soy consciente me puede afectar, que me relaje... La ambición y las ganas de empujar y de ganar son las mismas que el primer año de MotoGP. Intento mejorar y le doy vueltas a la cabeza sobre cómo hacer una temporada mejor que la previa.
¿Está haciendo historia?
La historia siempre es el pasado, nunca es presente. El futuro dirá...
Pues hablemos de futuro. ¿Se ve ganando siete mundiales de MotoGP como Valentino Rossi?
Me veo... o no sé si me veo. Para eso trabajaré y lo intentaré, para luchar cada año por un título. Esta será la presión que me pondré y mi ambición. Después, si se puede lograr o no depende de muchos factores: hay un equipo, una moto... aunque el piloto marca la gran diferencia.
¿Y correr con 39, 40 o 41 años? Ahora mismo sí que me veo, porque otro piloto lo está haciendo y porque yo me siento motivado. La motivación lo hace todo. De Valentino admiro cómo se ha gestionado su vida, ha creado una academia, se entrena con jóvenes talentos... Todo eso le da gasolina al cuerpo. Lo más jodido es encontrar motivación en casa para entrenarse diariamente, y eso le ayuda a encontrarla. El
CON LOS PIES EN EL SUELO
“Voy con pies de plomo para que no se me suban los humos; es fácil despistarse y perder el entorno”
CORRER CON 40 AÑOS
“No sé si podré correr tantos años como Rossi, la vida no sólo son motos; en un futuro querría tener una familia”
DISTANCIAMIENTO PRUDENCIAL
“Aprendí a mantenerme al margen de la política, no soy un experto; gustará o no, pero mejor ser imparcial”
mérito es alargar la carrera manteniendo el nivel que está mostrando Rossi. Yo no sé si podré. La vida no sólo son motos. Me veo en un futuro y me gustaría tener una familia.
¿Hay algo que envidie de Rossi?
El hecho de no perder la motivación. No es que yo tenga miedo de perderla, pero es que los pilotos que se han retirado dicen que pierden la motivación, que les ha podido la presión o la vida esta de ir arriba y abajo, de hablar con la prensa...
O el peso de la fama. ¿Cómo le afecta ser considerado el joven que muchas suegras querrían? Jajaja. Al principio me costaba, sobre todo ser observado continuamente: tienes que vigilar todo lo que haces y cómo lo haces porque siempre hay alguien que te ve, que lo comentará o que le dará la vuelta. En un circuito, cogí el scooter para desplazarme 20 metros y lo hice sin el casco, y un chavalín, detrás, también lo hizo. El padre le abroncó, y el niño le dijo: “¡Pero si Marc también iba sin casco!”. Me di cuenta de que soy un referente para muchos niños. Es una responsabilidad más.
¿Cuál es el mayor riesgo que
comporta estar en lo más alto? Perder el entorno en el que te has criado. Es una de las cosas que siempre he intentado mantener, por eso sigo estando en Cervera, porque para mí es una de las claves: poder ir al pueblo después de cada carrera, hablar con los amigos de nuestras vidas, no de motos. No perder el entorno. Es muy fácil despistarse.
Hace unos años me decía que si algún día se le subían los humos a la cabeza, los suyos tenían permiso para darle una colleja para bajarlo al suelo. ¿Ha hecho falta? ¡De momento, no! No ha hecho falta porque voy con pies de plomo. Es una de las cosas que me obsesionan: no cambiar nada. A veces me dicen: “¡Eh!, ¿qué haces?”. Pero si no cambias el entorno es difícil cambiar como persona. Tengo el mismo equipo de Moto2, la misma gente con que me he criado desde pequeño, el mismo entrenador, los mismos amigos, y la filosofía es la misma.
¿Qué puede hacer un joven de 25 años con una millonada en el banco (es el mejor pagado)? Guardarlo para el día de mañana, ¿no? Típico catalán... (se ríe) ¿Qué puede hacer? Tener los pies en el suelo. Y asesorarse por gente en la que confíe. Ganar dinero parece fácil, pero perderlo es el doble de fácil.
¿Es más generoso o tacaño?
No soy de malgastar el dinero, porque mi vida nunca ha sido así...
Algún capricho se permitirá...
Pocos. Soy más de regalar algún capricho a los otros que a mí mismo. Por ejemplo, se casó uno de mis mecánicos, le hacía mucha ilusión una moto de enduro, él no podía, y se la regalé porque me salió de dentro. Pero no me gusta ir explicándolo.
Un lujo que se ha podido permitir por su posición ha sido conocer a dios. ¿Qué le dijo Leo Messi? Lo había conocido en una gala de la Liga, y ya me sorprendió como persona. Pero el otro día, en el Camp Nou, me sorprendió más porque está muy puesto al día. Hice realidad el sueño de entrar en el vestuario del Barça, con los jugadores, al acabar el partido. Me coló Piqué; se lo agradezco. Entendí muchas cosas. Sobre todo, que un vestuario cierra filas. En un equipo de motos hay un piloto, pero en uno de fútbol hay una plantilla donde todos quieren jugar y todos son superestrellas.
Entre superestrellas: ¿Márquez es el Messi de las motos?
¡No...! Eso no lo diré nunca. Lo que hace Messi en el fútbol es increíble. Pero bueno, intentaré hacer como Leo: ser una versión mejorada de mí mismo cada año. Parece que Messi año tras año ya no puede ser mejor, y siempre mejora un poco más. Es la filosofía que debe tener el deportista: ha ganado, logra un golazo, un Balón de Oro, pero siempre mejora.
Pilotos y estrellas del deporte a menudo parece que viven en una burbuja, que no les llega nada. ¿Qué le preocupa de su sociedad? Está claro que lo vivo todo. Durante la gran crisis, familiares y amigos se quedaron sin trabajo, muchos amigos tuvieron que volver a casa de los padres. También me preocupó la política en Catalunya a finales del año pasado. Pero he aprendido a mantenerme al margen. No soy un experto, y lo que diga lo analizarán hasta la última coma. Gustará más o menos, pero mejor ser imparcial.