Donald Trump PRESIDENTE DE EE.UU.
El exsubdirector del organismo, despedido a horas de su jubilación
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha dado rienda suelta a su espíritu más vengativo al despedir –pocas horas antes de su jubilación– al ex número dos del FBI por su papel en la investigación del Rusiagate.
Veintiséis horas antes de que el ya dimitido subdirector del FBI, Andrew McCabe, cumpliera 50 años y pudiera irse a casa con una buena pensión de jubilación después de 21 años de servicio, recibió un correo electrónico del fiscal general de Estados Unidos, Jeff Sessions. Eran las diez de la noche del viernes en Washington y McCabe se enteró de su contenido por los medios de comunicación: estaba despedido.
Sujeto a una investigación interna por su actuación durante las pesquisas del FBI sobre los correos electrónico de Hillary Clinton durante las elecciones del 2016, había dimitido en enero pero seguía siendo empleado federal. La decisión fue tomada por Sessions, que le acusa de parcialidad y de mentir bajo juramento, pero bajo fuerte presión política por parte del presidente, Donald Trump, que llevaba meses atacándolo y acusándolo de proteger a “la corrupta Hillary” porque su mujer, candidata demócrata, recibió sustanciosas donaciones de su fundación en el 2015. “Es un gran día para la democracia”, celebró Trump en un tuit a medianoche.
El exdirectivo del FBI respondió con un extenso comunicado en el que se declara víctima de la “guerra de la Administración Trump contra el FBI” y acusa a la Casa Blanca de atacarlo para desprestigiarle como posible testigo de la investigación del fiscal especial, Robert Mueller, sobre la injerencia rusa en las elecciones del 2016. Su expulsión se deprensa be “al papel que tuve, las medidas que tomé y los hechos que presencié después del despido de James Comey”, el director del FBI al que Trump echó en mayo pasado, dijo.
La investigación sobre el Rusiagate intenta determinar, entre otros asuntos, si el presidente ha incurrido en un delito de obstrucción a la justicia. Comey, una figura polémica por su gestión del dossier de los correos de Clinton en plena campaña, fue despedido por Trump tras revelar que el FBI investigaba si su equipo conspiró con Rusia para influir en el resultado electoral. Ayer dijo que “pronto el pueblo americano escuchará mi historia” y podrá juzgar “quién es honrado y quién no”. McCabe, uno de los primeros agentes implicados en esas pesquisas, no sólo vio y oyó cosas sobre el despido de Comey, también las apuntó: sus “notas personales” sobre sus contactos con Trump ya están ya en manos del fiscal especial, según la cadena CNN.
El exsubdirector del FBI ha sido objeto de una investigación interna sobre sus contactos con periodistas en la recta final de la campaña del 2016. El informe, no publicado, le acusa de haber hecho revelaciones indebidas sobre el caso, según la estadounidense. McCabe afirma que su jefe, Comey, autorizó esos contactos informales, que pretendían explicar a algunos reporteros que, en contra de lo que afirmaban, el FBI no estaba cediendo a la presión de quienes preferían no investigar a la exsecretaria de Estado. El departamento disciplinario del FBI considera que McCabe no fue honesto cuando le inquirió sobre estas comunicaciones.
“El FBI espera de todos sus empleados que se atengan a los más altos estándares de honestidad, integridad y responsabilidad”, afirmó el fiscal general en su comunicado, que defiende que la decisión sobre el despido se tomó “después de una investigación completa y justa”. El abogado de McCabe, que probablemente recurrirá el despido, discrepa. “Nunca se ha visto que se llegara a una conclusión tan precipitada, con el máximo castigo, como la que hemos presenciado en este caso”, sentenció Michael Bromwich.
Trump resumió en un tuit su opinión sobre el caso: “El moralizador James Comey era su jefe y había hecho pasar a McCabe por monaguillo. ¡Sabía de sus mentiras y de la corrupción que reinaba en las más altas instancias del FBI!”. Unas horas más tarde, retomó el tema. Acusó al FBI de “inmensas filtraciones, mentiras y corrupción en las más altas esferas” y reclamó a Mueller el cierre de la investigación sobre los lazos entre su campaña y Moscú, ahora que el comité de Inteligencia
McCabe se declara víctima de la “guerra de la Administración contra el FBI” y el fiscal del Rusiagate
Trump llevaba la cuenta en Twitter de los días que le quedaban a McCabe para cobrar la pensión
del Senado (controlado por los republicanos) ha concluido que “no hubo colusión”. Su abogado, John Dowd, lo solicitó oficialmente ayer al número dos del departamento de Justicia, Rod Rosenstein, responsable del dossier ya que el fiscal general, Sessions, se ha inhibido.
Cuando McCabe asumió temporalmente el mando del FBI tras el cese de Comey, el presidente cargó contra este último por no haber echado antes al primero. Trump llevaba la cuenta en Twitter de los días que le quedaban a McCabe para jubilarse y disfrutar de su pensión plena. El despido, a horas de cumplir 50 años, reducirá en principio la prestación a la que tiene derecho.